«Giro copernicano en el discurso del agua»
Es indudable que unos y otros han utilizado el tema del agua electoralmente, con ella todos los partidos han realizado demagogia y de la barata; pero también es cierto que unos han sido más congruentes que otros.
Cuando el PSOE gobernaba España (lo que hace ahora Zapatero ni es gobernar ni es na), hubo un ministro que preparó la Ley del Plan Hidrológico Nacional del año 1993, también conocido como «Plan Borrell» en ella se preveía la llegada de un volumen de agua diez veces superior al que después aprobó el gobierno del PP bajo el mandato Aznar.
No estaría de más recordar que en su preámbulo decía cosas tan interesantes como estas: "Hay cuencas a las que les sobra el agua que a otras les falta, y que sin provecho la tiran al mar"; "Somos un país marcado por profundas desigualdades hidrológicas y pluviométricas, con territorios históricamente deficitarios que tienen necesidades de agua para sus abastecimientos". Sin embargo, cuando las taifas de algunas comunidades se alzaron cundió el pánico y nunca lo realizaron. Convendría recordar a los actuales socialistas cuando estaban equivocados: entonces, o ahora. Convendría preguntarles también que destrozos medioambientales produce la salmuerra de las desaladoras, el gasto energético que acarrean, el costo económico de un agua de mala calidad y qué beneficios tiene el conjunto del país en años como este arrojar miles de hectómetros cúbicos al mar.
No antes de retirar el PHN de Aznar, hicieron lo indecible en Bruselas para que no se concediesen las ayudas a las infraestructuras de dicho plan, más tarde lo derogaron. Ahora, acusan al PP murciano de hacer demagogia. Es posible que la haga, que se aproveche incluso. Pero hace bien su discurso y sus hechos son bastante más congruentes.
Aunque para congruente el Presidente Ramón Luis Valcárcel, ha conseguido de momento que su partido este a la altura en la reforma estatutaria de Castilla La Mancha, que pretendía brindar el viejo trasvase Tajo-Segura.
Tomen nota todos quienes anteponen sus intereses partidarios sobre los comunes, que tome nota Zapatero quien alcanzo la secretaria de su partido, más tarde el poder, con un pacto oportunista con la comunidad de Cataluña. Fruto de ese pacto fue el cambio de discurso sobre el agua, también el embrollo de los cambios estatutarios de otras comunidades y el tema, todavía sin resolver, de cómo vertebramos este país. Claro que él y los que como él miran más la conservación de sus potronas, prebendas y dadivas que les proporciona el poder; que las ideas socialistas que dicen representar, o los intereses generales del pueblo, pasarán a nuestra historia como lo que son: oportunistas, que no estadistas ni hombres de estado, ni socialistas.
-->Leer más...
Es indudable que unos y otros han utilizado el tema del agua electoralmente, con ella todos los partidos han realizado demagogia y de la barata; pero también es cierto que unos han sido más congruentes que otros.
Cuando el PSOE gobernaba España (lo que hace ahora Zapatero ni es gobernar ni es na), hubo un ministro que preparó la Ley del Plan Hidrológico Nacional del año 1993, también conocido como «Plan Borrell» en ella se preveía la llegada de un volumen de agua diez veces superior al que después aprobó el gobierno del PP bajo el mandato Aznar.
No estaría de más recordar que en su preámbulo decía cosas tan interesantes como estas: "Hay cuencas a las que les sobra el agua que a otras les falta, y que sin provecho la tiran al mar"; "Somos un país marcado por profundas desigualdades hidrológicas y pluviométricas, con territorios históricamente deficitarios que tienen necesidades de agua para sus abastecimientos". Sin embargo, cuando las taifas de algunas comunidades se alzaron cundió el pánico y nunca lo realizaron. Convendría recordar a los actuales socialistas cuando estaban equivocados: entonces, o ahora. Convendría preguntarles también que destrozos medioambientales produce la salmuerra de las desaladoras, el gasto energético que acarrean, el costo económico de un agua de mala calidad y qué beneficios tiene el conjunto del país en años como este arrojar miles de hectómetros cúbicos al mar.
Superior, un pozo de sequia añade agua al cauce del Segura.
Inferior, uno de los tramos más bellos del Segura a su paso por Calasparra
Inferior, uno de los tramos más bellos del Segura a su paso por Calasparra
No solamente no se acuerdan de lo que escribieron ellos mismos, en negro sobre blanco, cuando en el 93 decían: "El territorio español está hidráulicamente desequilibrado”. Tuvo que llegar Zapatero (el que ni gobierna ni sabe), para convencernos con aquel anuncio tan mono donde un padre explicaba a su hija (una rubita angelical que miraba las nubes), que las desaladoras eran tan limpias y bellas como las nubes de la naturaleza.
No antes de retirar el PHN de Aznar, hicieron lo indecible en Bruselas para que no se concediesen las ayudas a las infraestructuras de dicho plan, más tarde lo derogaron. Ahora, acusan al PP murciano de hacer demagogia. Es posible que la haga, que se aproveche incluso. Pero hace bien su discurso y sus hechos son bastante más congruentes.
Aunque para congruente el Presidente Ramón Luis Valcárcel, ha conseguido de momento que su partido este a la altura en la reforma estatutaria de Castilla La Mancha, que pretendía brindar el viejo trasvase Tajo-Segura.
Tomen nota todos quienes anteponen sus intereses partidarios sobre los comunes, que tome nota Zapatero quien alcanzo la secretaria de su partido, más tarde el poder, con un pacto oportunista con la comunidad de Cataluña. Fruto de ese pacto fue el cambio de discurso sobre el agua, también el embrollo de los cambios estatutarios de otras comunidades y el tema, todavía sin resolver, de cómo vertebramos este país. Claro que él y los que como él miran más la conservación de sus potronas, prebendas y dadivas que les proporciona el poder; que las ideas socialistas que dicen representar, o los intereses generales del pueblo, pasarán a nuestra historia como lo que son: oportunistas, que no estadistas ni hombres de estado, ni socialistas.