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Día de convivencia de las Peñas 7 sept 2009 17:33 Placido Guardiola

«El sabor agridulce de la despedida»

Ayer lo más selecto y granado de la Federación de Peñas se daba cita en Santa Ana del monte tras subir en romería al Niño de las uvas. En los alrededores de Santana la Vieja, varios grupos de peñeros departían entre ellos con buen humor y mejor ambiente. Los caballistas paseaban y montaban a las criaturas más menudas y en el centro de la explanada se cocinaba una enorme paella.

El grupo de los Amigos del Campo

Entre los allí presentes, además de lo más representativo de las peñas punteras, varios expresidentes de la Federación, con alguno de los cuales pude departir un rato. El comentario en los corrillos y mentideros , como no podía ser de otro modo, las declaraciones del Alcalde y la rueda de prensa que hoy convocaría el actual Presidente. Aunque opiniones y comentarios los había de todo tipo, los más abundantes iban destinados a criticar la actitud de nuestra primera autoridad, que aún reconociéndole razón en el fondo, no se la daban en el modo, forma y momento. Del actual Presidente de la Federación, comentaban que no debía dimitir pues, « quien aguanta vence» decían.


En la parte inferior izquierda el amigo Andrés, haciendo señales marineras
nos da aviso de que la paella está lista y comienza a servirse.

Aunque sin una multitudinaria asistencia la alegría y el buen humor, se desplegaba en los numerosos grupos de festeros que se extendían por la explanada y alrededores y, como decía un festero: «¡Qué se le va hacer! Un año más, a esperar otro». Llego la hora de la comida y acudió todo el personal a servirse un plato de arroz de la paellera gigante, de la que todos, dimos buena cuenta.
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La inmigración 6 sept 2009 10:18 Placido Guardiola

«No somos racistas, sino irresponsables camicaces»



Me pide un lector que me pronuncie y opine sobre la inmigración, pues sobre esta digo que el ser humano no se caracteriza frente otros seres vivos por la inteligencia; sino por la búsqueda constante de la felicidad y el bienestar. Ese es el origen y sólo eso permite comprender el fenómeno. Desde el punto de vista social y político, le diré que seguramente no existe ningún país salvo el nuestro donde gobiernos, políticos y gobernados hayan actuado tan irresponsablemente sobre este fenómeno.
De esto y del sentido común se deduce que un inmigrante, como un nativo, está sujeto a los mismos derechos y obligaciones que cualquiera. Como les tenemos que reconocer una serie de derechos conquistados con el esfuerzo de todos, es por lo que nos vemos obligado a no admitir más inmigrantes que aquellos que nuestra capacidad como sociedad pueda admitir y demande. Una vez aquí gozan de iguales derechos e iguales obligaciones, ni más, ni menos.
En los países con gran tradición en emigración, no es nuestro caso (en esto somos novatos), la policía vela por salvaguardar sus aduanas y fronteras impidiendo la entrada ilegal. Así, los guardacostas de aduana americana saben por ejemplo que el inmigrante no debe tocar tierra estadounidense o terminar de cruzar el Río Grande, pues si lo hacen, el Estado, la sociedad, debe acogerlo otorgándole más tarde o temprano la ciudadanía plena. Sobre este asunto, los partidos políticos de esos países no hacen política, hay un gran consenso. Su ciudadanía en general, salvo algún desaprensivo, no se aprovecha de la situación ilegal de indocumentados en beneficio propio.
Tomen nota de lo que hacemos aquí, nuestra policía aduanera no impide la entrada sino que guiados por un buenismo mesiánico, corren a ayudar a desesperadas victimas de la emigración ilegal con mantas y termos calientes. Me parece muy bien, pero que nadie proteste después porque una vez aquí seguramente no podemos deportarlo, pues ellos sabedores de esta práctica o son de países donde no tenemos extradición o, si lo son, han destruido sus papeles. En la patera, la policía ha comprobado que en la mayoría de los casos hay quien tiene un móvil desde donde llamar al primo, paisano o directamente a comisaría cuando la cosa se pone fea en la mar. Luego las administraciones (las de los dos colores), que ordenan actuar así a nuestra vigilancia fronteriza, cuando ya no pueden sostener tantas personas en los centros de acogida (especialmente en Canarias), los montan en el avión y los reparten por la península con un billete de autobús o un bocadillo. Practicas realizadas por quienes en la oposición se encerraban en iglesias al grito de: «Papeles para todos» haciendo politiquilla navajera. Esa práctica de disolver ilegales también la desarrollaron los otros desde el Gobierno de entonces hasta la dimisión de Pimentel. Después, eso sí cómo no, levantan acta a un agricultor que lleva trabajando en su vendimia uno de estos pobres inmigrantes sin papeles.

En ésta foto, inmigrantes cultivando parcelas de cultivo intensivo en Jumilla.
Arriba, un inmigrante en los improvisados campos de bolei detrás del cementerio

¿Sus paisanos y los míos que hacemos mientras tanto? Practicar idéntico buenismo mesiánico por fuera e irresponsable actitud de facto. Bajo el «Probrecitos, nosotros hemos sido emigrantes igual que ellos» esculpamos nuestra mayor o menor vena racista y alquilamos la casa de la madre o el suegro (esa que está para hundir), a diez mil euros el catre, con ese dinero, nos compramos un piso nuevo en el polígono A5 y fomentamos el España va bien de estos años atrás. Ellos, que duda cabe, han contribuido a la prosperidad pasada, han aceptado trabajo que nosotros rechazábamos, de paso también han ayudado al esplendor de nuestras miserias (boom inmobiliario e hipotecario), aunque en su disculpa diré que en su caso, no les quedaba más remedio. Por tanto, ahora debemos reconocerles los mismos derechos de paro y cobertura. Eso a los legales; pero también a los ilegales de los que somos responsables y culpables. Eso sí, derechos los mismos, concesiones especiales en razón de su cultura, religión o creencias, ninguna. Como ves amigo lector, para nada estoy de acuerdo con eso de que: «estos vienen a quitar nada, o aprovecharse de algo (sanidad y educación)», especialmente ahora que nos vienen mal dadas las cosas; pero tampoco creo que cuanto esta sociedad ha logrado se pueda abrir indefinidamente, regalandolo alegremente como si del maná se tratase. De ahí que piense que lo que venimos haciendo es un tremendo error y de una enorme irresponsabilidad social para con nosotros mismos. No es que lo piense, lo sé desde que en 1997 estuve destinado en Guinea Bissau (el cuarto país más pobre de este planeta), en una misión avalada por el Banco Mundial y Naciones Unidas. En aquella estancia aprendí varias cosas:

  1. Que en lo sucesivo, la inmigración a occidente de los países del África subsahariana sería un fenómeno imparable.
  2. Que lo mejor que los occidentales podemos hacer por África sea por parte de ONGs u organismos internacionales (incluido yo en una misión educativa u otros en misiones sanitarias, etc.), es dejarlos definitivamente en paz.
  3. Que los pobres, pobres de solemnidad, esos no se vienen, los que llegan son los más preparados, los más jóvenes y con más medios materiales aunque sea para pagar unos mil euros por la patera (toda una pequeña fortuna allí), a los piratas que los traen- En estas sociedades ellos son lisa y llanamente los que estarían llamados a levantar sus países. Si salen de la tierra que les vio nacer, es por esa búsqueda de horizontes y esperanza ante la desolación que ven; pero los pobrecitos de verdad, esos, se quedan allí.
  4. ONGs conocí una infinidad de ellas in situ, amen de las que ya tenía noticias aquí, pero sólo mereció mi reconocimiento y aprobación una: Caritas Internacional.

De ellos, me quedaría con la esperanza de mejorar, con las ganas de comerse el mundo (que nuestra sociedad ha perdido), de nosotros amigo lector, estoy hasta las narices del buenismo mesiánico, el blandiblu melifluo intercultural que nada encierra dentro y la irresponsabilidad aprovechada. Lo demás amigo mío es puro racismo.

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Sus vidas en la Nintendo DS 5 sept 2009 16:11 Placido Guardiola

«Solos frente a la pantalla»


Ayer me escape por unas horas de mi retiro en la Estacada, pues tenía que realizar algunas gestiones en el pueblo. Al pasar por la plaza Jose Mª Abreu observe un grupo de niños sentados cada uno con su respectiva Nintendo DS , todos ellos muy afanados dándole a la tecla. Al llegar al Jardín del Rey D. Pedro, a la sombra de uno de sus frondosos árboles, otro de niñas y niños hacían lo mismo que los anteriores, es decir, jugar con sus Nintendos. A mi paso uno de ellos exclamó: «¡Joder macho, me has cortado la cabeza!». Supuse que la virtual, pues cuando volví mi mirada observe que la suya todavía andaba sobre los hombros. Finalmente al llegar a la Plaza Guzmán Ortuño, de nuevo, encuentro un grupo esta vez todo de niñas jugando con idénticas videoconsolas.


En todos estos grupos de niños había un rasgo en común, toda su atención estaba concentrada en aquella pequeña maquinita que sostenían en sus manos, entre ellos no hablaban y sólo de tarde en tarde se oía una exclamación como la que les he relatado. Ellos jugaban con sus amigos sí, pero cada uno estaba sólo frente a la pantalla de su Nintendo. La interacción entre ellos se establecía mediante la WIFI de las videoconsolas, pues la acción del compañero no la percibían en su cuerpo o su oído; sino a través de la pequeña pantalla. Ellos estaban unos junto a otros, pero su comunicación fluía a través de los ceros y unos de la red WIFI, su juego en común su espacio de encuentro, su interacción, todo estaba en la Nintendo.
Desde que la psicóloga social estadounidense Serry Turkle1 escribiera allá por los noventa su libro “La vida en la pantalla” no había visto una evidencia mayor y más realista de todo cuanto ella describe en su texto

(1) TURKLE, S. (1995): «La vida en la pantalla. La construcción de la identidad de Internet»,Paidós Ibérica, Madrid.
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De vueltas con el Salicornio 4 sept 2009 10:27 Placido Guardiola

«Información, prensa y cultura»
Tras leer atentamente tu artículo no se echarme a llorar o reír; pero te contare al menos las reflexiones que me hago y cuento algún detalle que sobre el particular desconoces.
En primer lugar, me da por pensar que, ahora, cuando nos creemos la sociedad de la información, cuando esta parece que satura nuestras mentes invadiéndonos por todas partes, cuando parece que está al alcance de todos… Ahora, carecemos de las más elementales y cercanas a nosotros mismos. Es mi caso como lo que tú desvelas, acerca de la gestación del monumento al Salicornio. Pero estos detalles que tu cuentas debía desconocerlos también mi fuente, que no era otro que el ingeniero de caminos jefe de obras de la empresa, mi amigo Gabino, con quien coincidí a principios del verano en su pueblo natal. Al preguntarle sobre las obras que su empresa estaba acometiendo en el pueblo (por cierto, no es jumillana aunque trabajen varios paisanos), este me habló de una rosa de los vientos y un reloj, no mencionó para nada nuestra humilde y molesto salicornio. Cuando me dispuse a colgar mi artículo busque en la prensa local, sorprendiéndome que nadie hablara de cruces de caminos, rosa de los vientos, conexión entre culturas, etc. ni nada parecido, todos hablaban de salicornio. Sin embargo, particularmente, toda la escultura me sigue simbolizando la interpretación primera que me dio mi amigo «Gabi» (ignoro si sugestionado por nuestra conversación), por lo que supuse que la conversión en salicornio era debida al ingenio, imaginación y consenso popular.
En segundo lugar, quiero hacer ver a nuestros lectores que aunque ahora tenemos, afortunadamente, varios medios de comunicación local tanto en prensa, radio y digital, sorprende la uniformidad de aquello que se destaca como noticia y acerca de lo que hablan estos medios. Todos ellos (si lo analizan), destacan las mismas cosas, lo cual es lógico en parte, pues se refieren a la misma realidad concreta, Jumilla. Sin embargo, por qué hablan de esas cosas y no de otras que por ejemplo tengan un origen distinto o ajeno a la oficina de Prensa del Ayuntamiento, los lamentables accidentes, incendios y sucesos. ¿Sólo existen esas fuentes de noticia en Jumilla?. Lo que es peor, todos, vienen a decir telegráficamente lo que decía la nota de prensa emitida desde esa oficina, sin más análisis u opinión. Son pura asepsia objetivista y descriptivos; pero no nos cuentan el pulso de la calle, la preocupación de nuestros vecinos, el sentimiento que nos une o nos separa.
En tercer lugar, coincido y comparto plenamente con el fondo de tu artículo (incluido cuanto se refiere a Mª Pla y J. Carrión); que poco valor le damos a la cultura. Tal es así, que me viene a la mente un comentario que en su día me hizo Beltenebros, nuestro colega de pluma del "Rendrijero” : «Sorprende gratamente entrar en Jumilla de noche y ver esos focos iluminando las pistas deportivas, lo que hemos mejorado en la práctica deportiva y el esfuerzo de nuestra Administración local en apoyarla. ¡Lastima que esto no tenga parangón con algo similar en las bibliotecas y la cultura!».
Te agradezco las correcciones y precisiones, lo que no evita el que te amonestarte paternalmente por tu sesteo veraniego, pues quienes creemos en esas cosas de la cultura, no nos podemos permitir tomarnos días de respiro, aunque sea merecido.
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Sobre El Salicornio 3 sept 2009 23:53 Bartolomé Medina

Siento sobremanera dos cosas en este momento. La primera, haberme olvidado por completo en este agosto del Rendrijero, en mi huida aterrorizada tras la tromba de agua en previsión de que no me callera una tromba de vino. Tampoco hubo una caritativa conexión a la red allá donde fui. La segunda es que tengo que corregir a mi admirado administrador, que ha mantenido vivo con la ayuda de tres o cuatro el blog durante el verano, y encima ha tenido que lidiar con toneladas de demagogia en los no siempre respetuosos comentarios anónimos. Especialmente vergonzosos me han parecido los comentarios descalificadores contra José Carrión y María Pla por parte de personas que no parecen haber conocido nunca lo que es crear cultura, sea del tipo que sea. Disparar desde la inacción es fácil, trabajar por el pueblo de uno sin cobrar una peseta ya es más dificil.
Siento, pues, Plácido, tener que corregirte en lo tocante al monumento que, por supuesta aclamación popular dices bautizar El Salicornio. Lo siento porque eso significa que no tienes toda la información, y siento que no la tengas porque resulta que los medios -todos y cada uno de ellos- no la han dado completa; y no la han dado completa porque, o no preguntaron o simplemente quien la debía dar olvidó datos esenciales. El monumento recibió el nombre de "Salicornio" desde que su creadora lo presentó a concurso público para diseñar los motivos que presidirían las rotondas hará ya dos o tres años. Obtenido el premio correspondiente en dicho concurso -creo recordar que fueron unos escuetos 600 euros- el monumento pasó en fechas recientes a su realización física. La creadora, de la que nadie, de manera injusta e injustificable, ha hablado, ha sido Verónica Martínez, jumillana, diseñadora e hija, como sabrán, de fotógrafos jumillanos. Su nombre ha desaparecido de los medios, a pesar de citarse a la arquitecta que ha hecho el proyecto de urbanización, también jumillana y a las empresas que lo han llevado a buen fin, igualmente locales. No entiendo la razón de citar a estas últimas entidades y a la arquitecta, que al fin y al cabo se han limitado a seguir las directrices del proyecto de Verónica y no citar a la propia diseñadora, autora intelectual insoslayable de una idea que me parece excelente, no sólo por la calidad artística del monumento proyectado, cuya realización no se ajusta estrictamente al proyecto aunque se acerca bastante, sino también por la fina ironía con que interpretó una propuesta que pedía una relación con la agricultura jumillana en las bases del concurso. Erigir un monumento al Salicornio es ponerse en el lugar del esfuerzo, de la capacidad de superación de los hombres del campo, es recordar lo que de precario y desalentador tiene el trabajo de agricultor en nuestra tierra, al tiempo que se aprovecha la intrincada morfología de este arbusto para poner en práctica un lenguaje escultórico moderno acorde con el entorno urbanístico en el que se asienta. Todas esas ideas artísticas, más los cálculos estructurales adecuados para la correcta realización, no fueron idea de la arquitecta ni de las empresas encargadas de realizar la obra -y conste el excelente trabajo de una y otras- sino de Verónica Martínez, pero mientras a unas se les ha sacado en todos los medios -merecidadmente, sin duda- a nuestra diseñadora se la ha silenciado radicalmente. Inexplicable. Inexplicable a no ser porque nos encontramos en un país donde tradicionalmente la cultura con mayúsculas no se valora, no ya para no pagar lo que vale sino tan siquiera para nombrarla -a no ser claro, la música comercial de calidad cuestionable que inunda nuestras agotadas radios y pantallas, diseñada para ganar dinero fácil y tan bien blindada por los piratas de la SGAE-. Si la gente, sin saber su nombre original, ha bautizado a este monumento con el nombre de El Salicornio, es que, primero, saben interpretar lo que ven y, segundo, Verónica Martínez acertó en su trabajo de diseño. A cada cual lo suyo.
Hasta muy pronto.
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El Divino Misterio de nuestra Patrona 2 sept 2009 18:03 Legolas

«Nuestra Señora la Virgen de la Asunción»

Cuando de pequeño me intentaban inculcar los principios de nuestra religión, lo que más me costaba entender era el misterio de la Santísima Trinidad (eso de tres personas distintas y un sólo Dios). Más tarde, en mi adolescencia, me ocurrió otro tanto con el misterio de la concepción de la Virgen María. Pero ahora, cuando me acerco a mi medio siglo de existencia, les juro que el misterio divino que menos comprendo e intriga es el de Nuestra Srª la Virgen de la Asunción Patrona de Jumilla. Pues misterioso, sobrehumano y divino es explicarse cómo puede aguantar y soportar a su alrededor tantísima sandez humana.

Jumilla, Patrona
De nunca hemos rodeado los jumillanos a nuestra Patrona del fervor y pasión que a otros santos (El Cristo, La Abuelita Santana, etc.), la pobre Virgen de la Asunción ha estado más bien olvidada en su retiro de San Agustín todos los años, hasta que llegaban las fiestas de la Feria. Durante estas fiestas, unos pocos devotos y seguidores la subían y bajaban al pueblo sin mucha animación ni asistencia. Prueba de esta escasa popularidad la dio D. Jorge, en la homilía desarrollada durante la misa que en su honor se celebra para su onomástica, al señalar que: «… muy pocas mujeres jumillanas llevan el nombre de su patrona»
Fue por los años ochenta, cuando las entonces nacientes comparsas de Moros y Cristianos, para legitimar o justificar su inclusión en las fiestas de Feria se acordaron de Ella. A partir de entonces, su procesión de subida y bajada adquirió más empaque y empuje. Sin embargo, a los pocos años, el Sr. D. Juan Francisco discutió o se enfadó con sus compañeros de comparsa, pasando a fundar la cofradía de la Virgen, de este modo, podía seguir pavoneándose en feria al margen de sus antiguos compañeros de comparsa. De ahí que el actualmente mayordomo, presidente o hermano mayor de la cofradía mariana (lo que quiera que sea), lo tengamos de mandamás en los asuntos de la Patrona. ¡Hasta hoy! No hay manera de desalojarle del cargo, que lleva visos de convertirse en vitalicio. ¡Claro! que quizá debamos además agradecérselo, pues de no ser por él Ntrª Srª. estaría más abandonada si cabe.
En cualquier caso, hay tienen Uds. a D. Juan Francisco, con despacho propio: antes, en la propia ermita de San Agustín; ahora, con sede en el recién restaurado arco de San Roque. A todo esto, sin que nadie sepa muy bien ¿Qué clase de asuntos debe despachar en razón a tan singular cargo? ¿Serán asuntos divinos, digo yo?.
En razón del cargo que ostenta, desfila junto a las primeras autoridades en todos los actos en honor a Ntrª Srª, edita y escribe saludas en el libro de la Virgen, siendo además gente muy principal en los asuntos festeros. Todo ello irrita sobremanera a muchos paisanos que, guiados por la más perniciosa de las envidias, le han calificado en los foros de la red local de «Sacapanzas». Otros, ignoro si con segundas ironías, han proclamado su candidatura a la Alcaldía para las próximas elecciones. Cosa que tampoco es de extrañar, si tenemos en cuenta que, en nuestro pueblo, todo el que se mete a organizar unas fiestas de barrio o pedanía, al poco, lo hacen concejal, candidato o empleado municipal.
Mientras tanto, como máximo responsable de la cofradía, es quien decide, en la procesión patronal, quitar la nube o el ángel a la Virgen, eso y cuanto se se le antoja. Olvidando que es una ascensión a los cielos, además de que su escultor Pinazo, simbolizó a la perfección en esos elementos dicho tránsito celestial. A restaurado, a mi juicio maquillado como una muñeca pepona, a Ntrª Srª. y, dicen las malas lenguas viperinas, que hasta ha querido abrirle los ojos, ponerla en pie y que piensa encargar una nueva escultura.
A todo esto, Ntrª Srª la Virgen de la Asunción, no pierde su divina compostura y con una paciencia infinita aguanta estoicamente tanta memez humana. Mientras, en su serenísimo semblante, sigue reflejándose la dulzura de una madre amantísima. Todo esto que les cuento ocurre mientras nadie dice nada y la Virgen Santísima lo soporta con prudente paciencia, por eso, todo esto que les relato me parece un verdadero «Misterio Divino».
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Políticas coherentes 1 sept 2009 13:30 Placido Guardiola

«¡Que fabriquen los chinos!»
Si hay algo que me gusta de estos gobiernos que preside ZP es su coherencia. Cada uno de nosotros, podrá decir y opinar lo que le venga en gana; pero nadie podrá decir que los sucesivos gobiernos que nos ha proporcionado este insigne Presidente no han sido coherentes en cuantas políticas han abordado sus diferentes ministros y ministras.
Su ministro de Industria, Turismo y Comercio Miguel Sebastián, nos invitaba en Enero de este año a consumir productos nacionales. Pedía entonces que cada ciudadano español sustituyese el consumo de 150 euros de productos extranjeros por el de productos «made in Spain» para evitar la destrucción de 120.000 empleos. Afirmando que: "Estamos pidiendo que en el hábito de consumo se introduzca el factor español".




Más tarde, tuvo la feliz idea de repartir veinte millones de bombillas de bajo consumo, así aunque este año suponga un coste de 50 millones de euros para el Estado, permitirá ahorrar 160 millones de euros el año próximo, y en toda la vida útil de las bombillas (ocho años), unos 1.280 millones de euros. Señalaba Sebastián que estas cifras implican unas rentabilidades de más del 220 por ciento en un sólo año y de más del 2.000 por ciento en ocho años, amen de bajar nuestra dependencia del petróleo y contribuir a un planeta más sostenible.
Hace unos días recibí, como todos los jumillanos con contrato de suministro eléctrico, mi valecito para retirar gratuitamente mi bombilla. Había leído alguna crítica a Sebastián reprochándole que dichas bombillas no eran de fabricación española; pero pensé que aquello era cosa de la siempre puesta en marcha de un proyecto de esta envergadura. Por tanto, mi sorpresa ha sido mayúscula al leer con detenimiento en el envase de mi bombilla «Fabricado en R. P. C.», es decir, en la República Popular China.


No saliendo de mi asombro he intentado en la red buscar alguna explicación a esta pequeña incoherencia. La encontré en las propias declaraciones del Ministro: «No hay ninguna empresa española que fabrique bombillas de bajo consumo»
¡Ay Sr. Ministro! No sería más fácil haber empezado por eso, por desarrollar investigación, competitividad en nuestras empresas para poder vender y tener lo que la sociedad demanda y evitar que esos puestos de trabajo no esten en la cola del INEM. Por cierto: ¿Podría Ud cifrar las bombillas normales «made in spain» que se han dejado de vender? ¿Se ha despedido a alguien por dejar de vender bombillas normales?.
En fin Sr. Ministro... para qué seguir hablando de los efectos de la corbata sobre el ahorro energético.
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Desastre Agrícola 1 sept 2009 09:24 Legolas

«La política del chalaneo agrario»

Si en algo se fundamentó el éxito de la Unión Europea en el pasado fueron sus acuerdos sobre el acero y carbón (ahí tuvo su origen), y más tarde su política agraria. La España no comunitaria (anterior a 1986), anhelo desde el principio ingresar en su selecto club de países, principalmente, por beneficiarse de su normativa agrícola pues ello beneficiaba un sector, entonces pujante en nuestro país.
Sin embargo, cuando por fin la Unión Europea nos acogió en su regazo, dicha política comenzaba a desmantelarse y daba síntomas de perder coherencia con erráticas medidas, aún así, nuestros agricultores se han visto beneficiados por ingentes cantidades de ayudas y subvenciones que están yendo cada día a menos. Subvencionemos una cosa (arranque de viñedo) y a su vez damos ayudas para lo contrario (mantenimiento o nueva plantación de viña). Empiezan primando cultivos como el olivo, subvencionando la (producción de aceituna), y terminan ayudando simplemente a su mantenimiento (número de hectáreas), de forma que nunca puedes adivinar que propósito anima esta política agraria sin sentido.


Como los males nunca vienen solos, el Ministerio de los dos medios y un cuarto todavía tiene menos claros si cabe sus objetivos agrarios. En Bruselas, ha negociado mal y defendido peor nuestra agricultura, término este último, que hasta ha sido borrado de su denominación. En vez de intentar cambiar algunas normativas disparatadas en el parlamento europeo, por ejemplo impedir chaptalización de mostos con azúcares de caña o remolacha, obligando a hacerlo con mostos naturales, podríamos colocar los casi 10 millones de litros de mosto que sobran en Jumilla por la baja demanda de caldos en los mercados.
Por si esto fuera poco, bastante de las competencias de lo que debía ser un mercado único (al menos en lo nacional), han sido transferidas a las comunidades autónomas creando diecisiete mercadillos de tres al cuarto o «de andar por casa». Han colocando al frente de sus consejerías personas que, de agricultura, saben lo que ven desde la ventanilla de su coche oficial cuando les llevan de un lado para otro. De ahí que nuestro Consejero Ángel García Lidón, afirmara el otro día a un periodista de La Verdad lo siguiente: “No hay diferencia entre agricultura ecológica y agricultura convencional limpia”, pues señor si no la hay: ¿por qué la establecen líneas de subvenciones distintas? ¿No será que ni Uds mismos se creen la política agraria que practican? ¿Ignora Ud que Murcia es tras Andalucía la segunda en producción agrícola ecológica? ¿Ignora que somos el país que más productos ecológicos produce y que menos los consume? ¿Acaso quiere que pensemos que esto de la agricultura ecológica es una denominación administrativa para cubrir el expediente y tramite de la subvención?
Algo hemos ganado en todo este pasteleo subvencionado del campo, no existe confrontación social, los tractores no cortan las carreteras, porque la estratagema (estrategia) que dice el amigo Perico Lencina «Ropasuerta», es otra , seguramente porque la que practica él junto a su otro amigo Perico «El Letras», debe ser la del chalaneo.
Mientras todo esto ocurre los pocos que quedan que viven del campo, no pueden vivir, ni con subvenciones ni sin ellas. La mayoría de ellos cansados de papeleo y de renovación de solicitudes, dicen aquello de: «A mi que me quiten las subvenciones y que las cosas se valgan lo que tienen que valerse».
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