Ya hace días que han brotado las vides de las variedades acogidas a la Denominación de Origen Jumilla más tardías, incluso en las zonas más frías y tardías. Las labores de escarda o poda en verde ya se han realizado en muchas viñas y en otras se están realizando en estos momentos. Nuestro paisaje se tiñe de un intenso y luminoso verde inundando valles y laderas sea en el Carche, la Macolla, el Término Arriba, Pino Doncel o la Cañada de Albatana.
Las viñas son el verde de nuestra tierra, el color que dulcifica la aridez de nuestro paisaje y la luz que da vida a nuestros campos. Son muchos los viajeros que cuando visitan en verano nuestro término quedan sorprendidos del verde de nuestros campos, en zonas tan escasas de agua como ésta.
No menos sorpresa me produce a mí, conocedor de nuestro paisaje, la fuerza e ímpetu con el que esta primavera han brotado nuestras vides tras un invierno y primavera tan secos como los que acabamos de vivir; pero las profundas raíces de nuestros viñedos son capaces de sobrevivir una vez más al castigo hídrico que nos suele asolar con tanta frecuencia. Cosa imposible también de no ser por el esfuerzo y cultura vitícola de nuestros agricultores.
Esta cosecha 2014 acaba de nacer y al día de hoy es temprano para anunciar cómo se desarrollara, es indudable que nace con falta de agua en las codauras de nuestras cepas; pero todavía estamos en tiempo primaveral para que esto se pudiera remediar. Luego con alguna chaparra el junio o julio un agosto y septiembre tan seco como solemos tener en nuestra zona, aún pudieran hacer de esta cosecha un vino memorable. Quiera el cielo que así sea.
En cualquier caso, les dejo con esta sinfonía de verdes que nuestros viñedos nos regalan en esta primavera con la esperanza de que se conviertan más tarde en esa cosecha que todos anhelamos.