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Una cultura de 140 caracteres 30 jul 2011 15:32 Placido Guardiola

«La tiranía de las NTIC»

Se afirma que la cultura actual de los jóvenes es la cultura del móvil, una cultura cuya tecnología (fundamentalmente la telefonía móvil), ha transformado el modo en el que nos relacionamos socialmente, así como uno de los elementos básicos de toda cultura: el lenguaje. Ahora, hay que expresarse en no más de 140 caracteres, esos que permite la mensajería instantánea o Twiter. Mensajes de contacto, de amor, de información, de opinión… Todos, en 140 caracteres que, en ocasiones, resultan vitales y escasos.

Son muchos los casos de famosos que han tenido colapsada su página de Twiter por un comentario dejado en la misma, en ocasiones desafortunado o fuera de lo políticamente correcto, da igual, el comentario se extendió por la red como la pólvora y para rectificarlo han tenido que dar extensas ruedas de prensa y notas públicas matizando y aclarando su comentario. Las mayoría de las ocasiones sacado de contexto.
Resulta paradójico, casi de locura, que una opinión sobre cualquier tema público o complejo pueda ser expresada en 140 caracteres; pero es la tiranía de la nueva cultura. Lo preocupante es que con apenas unas palabras no sea necesario del contexto en el que se dicen para entender el mensaje; pero desarrollar y matizar el contexto en el que decimos algo, no es posible con tan sólo 140 caracteres.
Lo peligroso, es que nos hemos habituado a este lenguaje y a sus limitaciones. Además de hacer trizas las reglas gramaticales y ortográficas; llegamos al puro absurdo expresivo, donde por la brevedad y escueto que debe ser el texto no se explica nada, sólo se dice, se opina, se habla…Más peligroso si cabe, es el juzgar y hacerse una idea del mundo y de los demás a través de infinitos y múltiples mensajes de individuos que ni siquiera conocemos, hacernos una idea fiable de ellos y del mundo que nos rodea. Pero ésta cultura nos impone esa forma de pensar.
Hoy cuando por cada 100 españoles existen 112,51 líneas de telefonía móvil la cultura de los 140 caracteres se extiende y domina nuestro pensamiento. A cambio, nos ofrece otras particularidades tales como: la movilidad, la inmediatez, la no temporalidad, la localización, el compartir; pero de todas ellas, prometo hablarles en otro momento
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(1) Según datos de la CMT


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Sutilezas del lenguaje 11 feb 2011 08:35 Legolas

«El inconmensurable léxico español»

Se sorprende El Ardal de la sutileza en el lenguaje sobre el género de las cosas que utiliza este Gobierno, sin embargo, no debería sorprenderse nada en un país donde con este tipo de sutilezas llamamos día a la noche paz a la guerra o libertad a la cárcel. Acaso hemos olvidado que aquí se llamo «Independentistas vascos» a quien no eran sino «Asesinos etarras» pues así lo demandaba el intento de pacto que propicio el Gobierno de Aznar.
Aunque, y todo hay que reconocerlo, quien de verdad está utilizando con profusión estas sutilezas lingüísticas es el Sr. José Luís Rodríguez Zapatero en su acción de Desgobierno. De este modo, se llama «Hombres de Paz» a quienes son «Asesinos etarras confesos y condenados», «Brotes verdes» al incesante goteo que aumenta el paro día a día hasta alcanzar más de «Cuatro millones y medio de parados». Da igual hablar de «Nacionalidades» que «Autonomías». Resulta idéntico «No prever» la crisis económica (como hizo el FMI) que «Negarla» cuando ésta ya la tienes sobre tus costillas.
En definitiva, como todo es cuestión de estas sutilezas y, nuestro amplio léxico lo permite todo, verán como en los próximos días nuestros diccionarios de sinónimos recogen que el verbo «Rechazar» es sinónimo inequívoco de «Condenar». Hasta sus tiempos verbales futuro y presente se funden en un solo tiempo, de tal guisa que «Rechazaremos» es lo mismo que «Condenamos». Claro está, me estoy refiriendo a ese gran triunfo de los demócratas frente a asesinos que, por imperativo legar, recurren a la sutileza de nuestra lengua ante la Ley de Partidos Políticos. Una vez más intentan financiar sus actividades con la mamandurria derivada de los puestos públicos y, al tiempo, tener acceso a las bases de datos oficiales.
En fin… ¡Qué Dios nos pille confesados!
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Bilboko hizkuntza 21 ene 2011 08:01 Placido Guardiola

«El idioma de Bilbao»

NOTA: Al abrir mi correo electrónico esta mañana, encontré un E-mail de un viejo,querido y buen amigo de las tierras del norte. Como quiera que, ironías del destino, está directamente relacionado con la Babel del senado de las que ayer les hable, no he podido resistir la tentación de dejarles su contenido:

«Perdonen, ¿en qué idioma hablan?». La pregunta nos ha hizo, en agosto del 1998, la camarera de un restaurante del Village de Nueva York. Las dos parejas que compartíamos viaje y mesa nos miramos sorprendidos. No recordábamos haber hablado en euskera y la chica era argentina. «En castellano», le respondimos. «No -dijo ella- eso no era español, era... otra cosa». Y tenía razón. Recapitulando la conversación concluimos que el despiste era normal. «Estoy larri y no quiero mojojones» o «este vino, ni para kalimotxo» o «no seas borono y deja bote», además de los muchos 'pues' salpicados, ayudaban poco a la ubicación del idioma. A eso añadan una lista de palabras, tan gruesas como prácticas, de esas que gustamos llevar en el zurrón los del botxo.
He viajado en el tiempo y en el espacio para recordar, si es que hacía falta, que además del castellano y el euskera tenemos otro idioma: el bilbaino. No aparece en el último sociómetro, ni falta que le hace. Existe. De hecho, guardo como un preciado tesoro, el Diccionario de la Lengua Bilbaina. Hace unos años, compartí con su creador, Juan Echegoyen, aperitivo en el 'Azulito'. Hablamos de lo que en Madrid creen que es txirene o que al güito, por alguna extraña razón, le otorguen significado sexual. Que al balde de agua le digan cubo y al choto, capucha. Y que si llamas trinchera a un tres cuartos impermeable o chamarra a una cazadora no te entienden más allá de Altube. Convenimos que el ¡aupa!, fuera de lo deportivo y según tono, sirve de ánimo o de condolencia. Pero si el giro de cabeza es ligero, conlleva indiferencia. Y así pasamos la tarde. Viendo que somos singulares en lo geográfico, lo léxico y lo ortográfico.
Cierto que en cuestiones gastronómicas no hay región o pueblo que no tenga su propia forma de catalogar verduras, pescados o carnes. Si pides zapatero en Madrid, por ejemplo, no se imaginan que te refieras a una palometa o japuta. El zancarrón se llama morcillo. Las vainas, judías verdes y las alubias, judías rojas. Las rabas, calamares. De la antxoa y su traducción como boquerón no voy a hablar. Hasta en la RAE llevan empanada con el asunto. Pero lo nuestro va más allá de un mero regionalismo. Basta con recorrer 99,8 km para descubrir que, en San Sebastián, al juego del campo quemado, ojo al dato, le llaman brilé y no saben que las bicicletas llevan catalina. Explica tú ahora, por ahí fuera, lo que es el color azul Bilbao.
Por eso, los que pisamos otras tierras, nos reconocemos con un simple saludo, una palabra suelta o un taco arrastrado. Somos capaces, incluso, de ubicar a un paisano en una localidad concreta según llame al bígaro, caracolillo o magurio. Lo que, sumado a lo anterior, demuestra que somos un mundo. De ello escribieron, unas veces con sorna y otras, aunque pocos lo sepan, con evidente interés, ilustres del verbo como Cervantes o Quevedo. Por algo será.
En fin, les dejo que voy para el botxo. Tengo con la cuadrilla una jamada del copón y luego parranda. Invita Javi, el chico viejo que deja de ser birrotxo. Tiene una potxolada de txoko, con los del otxote, en una lonja del kasko llamado 'Los Txirene'. De piscolabis hay antxoas albardadas y rabas. Luego alubias con sacramentos y helau de kukurutxu. Antes, unos potes. Dos rondas de txikitos y zuritos y una espuela rápida, que el pastor del Gorbea dice que va a hacer fresco. Además, el cocinillas es un peste. Absténganse los pichicomas, txotxolos y sinsorgos. Para los trompalaris, que pisan iturri en seguida, prohibido llegar perfumaus. Y el que ande kili-kolo, tranki. Tenemos porrusalda, agua de Bilbao y el teléfono del Igualatorio. Ah, y nada de katxis. De coger castaña, que sea con fuste.
En fin pitxines, agur sin más.
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Las cosas bien hechas 20 ene 2011 10:40 El ardal

Las cosas hay que hacerlas bien y hacerlas bien desde el principio y, si es hacer bien las cosas emplear las distintas lenguas de esta plural España; yo propondría a sus señorías que todos, absolutamente todos, acudieran al Senado, esa institución tan importante como indispensable en Traje Regional y asi si estarían las cosas bien echas. Todo lo demás, son tonterías.
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El babel del senado 20 ene 2011 08:34 Placido Guardiola

«Acontecimiento interplanetario y galáctico »

Soy consciente de la importancia de la lengua en nuestras vidas, de que ellas constituyen una parte esencial de nuestra cultura y manera de pensar. Se que, quienes hablan más de una, se sienten “más cómodos” para expresar las cosas íntimas y personales en una de ellas (por lo general la de origen); pero aún sabiendo todo ello, no comprendo la estupidez humana de hacer de ese maravilloso instrumento y bagaje humano una barrera para la incomprensión, la diferencia, o el no entendimiento.
Si alguien es políglota y viaja a un lugar, sin que nadie se lo pida, elige el idioma mayoritario del lugar. Lo hace así porque sabe que es la forma común y lógica de entenderse. Por tanto, si en España cuarenta y seis millones de ciudadanos conocen el español y de ellos, algo más de treinta y seis sólo hablan Castellano (los otros diez millones poseen además otra lengua Euskera, Catalán, Gallego o Valenciano), lo lógico, lo que hace cualquier ciudadano de esas comunidades en el día a día, cuando se encuentra con un castellano parlante, es hacerlo en el idioma común, el Castellano.
Pero la política y el nacionalismo (que ha hecho de la lengua el vehículo instrumental para construir la especificidad de su identidad nacional), no obedece a lógica y sentido común alguno. Ayer, asistimos al esperpento del senado, con sus señorías con el pingajillo puesto en la oreja, para que los 25 traductores que nos cuestan doce mil euros por sesión (unos 350.000 euros anuales), les tradujeran lo que otros señores (con los que hablan en Castellano en el pasillo o en la cafetería), ahora les decían en Gallego, Catalán, Valenciano o Euskera.. ¡Vamos todo un alarde de cordura y sentido común!.
Y todo esto, en un momento de vacas flacas y de déficit presupuestario, con recortes de todo tipo de servicios sociales. Mientras, la inefable Ministra Pajin, afirmaba que. “es un gran paso adelante” (claro que no sabemos hacia dónde). ¡Menos mal que en esta ocasión no dijo lo de acontecimiento interplanetario! Aunque esta vez lo es, es una chorrada galáctica interplanetaria y universal, Sra. Pajin. Viejos e inteligentes políticos como Alfonso Guerra, manifestaron con mucho más sentido del Estado y las ideas que representa: “que lo ve innecesario” añadiendo con ese dejo andaluz que le caracteriza: "Si aquí todo el mundo se entiende en castellano, ¿por qué hablar en otra lengua?" Los nacionalistas de CIU y PNV que, aplaudían hasta con las orejas la medida, no disimulaban el regodeo de haber conquistado una cesión más al Estado. En su absurda deriva separatista, se deshacían en elogios y, envalentonados de su conquista, afirmaban que esperan que la traducción simultánea se traslade al Congreso (a esto se unia IU). El gasto, afirmaba Josu Erkoreka, "no es excesivo"."No representa ni tan siquiera un 1% del presupuesto de la Cámara Alta". Seguramente es así Sr. Erkoreka; pero con esos 350.000 del ala, podrían vivir muchas familias donde ninguno de sus miembros trabaja.
¿Qué quieren que les diga? Estas cosas me duelen y me hielan el corazón llenando mi ánimo de desesperanza
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Las lenguas 1 jun 2010 09:41 Placido Guardiola

«Nuestra particular torre de Babel»

La lengua es un vehículo de comunicación, mediante ella expresamos nuestras necesidades, anhelos, sueños y sentimientos. Ella, como la sangre que corre en nuestras venas, nos fue dada por nuestros mayores, la aprendimos en el seno materno.
Es la lengua además el elemento mediante el cual pensamos y construimos nuestra visión del mundo y de las cosas, es una parte medular de nuestra cultura y de nosotros mismos. Seguramente por ello, los elementos constitutivos de un Estado Nación que aprendimos en la escuela eran: un territorio, una moneda y una lengua.
Sin duda alguna las lenguas, todas ellas, constituyen uno de los patrimonios culturales más ricos que debemos conservar; pero hacer de ellas un instrumento político bajo cualquier bandería ideológica es una tropelía absurda.
Ahora cuando los Estados nación quedan debilitados por el surgimiento de organismos supranacionales como la UE, ahora digo, que ya no tenemos una moneda única, ni un territorio sino diecisiete, algunos se empeñan en tener otros tantos dialectos. Por eso vemos a un andaluz de Córdoba, dirigirse a un vicepresidente andaluz de Sevilla, en una lengua ajena a ambos; pero hemos creado un puesto de traductor y comprado un sistema electrónico de traducción múltiple combatiendo así la crisis económica.
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El paseo de los cuernos 9 abr 2010 07:46 Placido Guardiola

«El derroche lumínico»

Los jumillanos, al igual que el resto de los españoles, tenemos una facilidad pasmosa para rebautizar los lugares, acontecimientos y personas con tal gracia y desparpajo que, en su denominación plasmamos la síntesis el sentir del alma popular. Acuñamos así de forma indeleble, ácida y llena de sentido común el lugar, acontecimiento o personaje.
Recientemente, los jumillanos hemos renombrado con bastante fortuna algunas cosas, llamamos «Avenida del Colesterol» a la de la Libertad, «El Corralito» a las vallas de defensa de la casa de los Molinas; pero donde el ingenio de nuestros paisanos se ha despachado a gusto ha sido en «El paseo de los cuernos», este no es otro que el camino a Santa Ana del Monte.

Paseo de los Cuernos JumillaCuernos de las farolas. Jumilla
Cuando estos días lo escuche por primera vez, mi mente se fue rápidamente por donde no va la cosa, hasta que alguien me explicó que los cuernos estaban referidos a la peculiar forma que tienen las farolas que jalonan su margen, las cuales conforman ese rosario encendido que ilumina el camino hasta las inmediaciones del Monasterio. Por cierto, nunca mejor empleado el término de rosario, pues menudo calvario nos ha caído con el derroche lumínico que hacemos cada noche. Calvario que supongo, debemos sufragar todos y cada uno a coste del erario público.
Digo yo: ¿No podríamos apagar las lucecicas las noches de diario en aras de la no contaminación (la lumínica y la energética), el ahorro y el sentido común? Se supone que estamos en crisis, o quizás hemos salido de ella y sigo sin enterarme. En cualquier caso, propongo sólo encenderlas en ocasiones solemnes y especiales, no creo que estemos para estos alardes luminosos por muy bajo consumo que tengan.
Jumilla ha gozado hasta hace apenas unos años, de tener el cielo más limpio y luminoso para la observación astronómica de todo el suereste, desgraciadamente, ya no es así.
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FRASES 22 ene 2010 11:46 llanerosolitario

Hay frases que inmortalizaron a quienes las pronunciaron para la historia. A quienes en un derroche de facultades mentales, tuvieron la virtud de la ocurrencia, en aquel momento y lugar preciso, que el destino les proporciono, y los elevo a la gloria. Testigos del momento, de un minuto lleno de pasión, que quedo para el mundo, en su memoria. Para los estudiosos, filósofos de salón, y tertulianos de mantel. Sesudos retorcidos del pensamiento ajeno, que carecen del propio, que según ellos, el mundo anda al revés. Mesías profético del holocausto imaginario, de un mundo visionario que arrastran desde la niñez. Frases de alcoba llenas de ternura, del engañoso ser humano, que pronunciándolas con dulzura, entre sabanas, se mezclan con la mentira y el placer. Frases que antes de decirlas, y desde la prudencia, debieron ser calladas, que para decir lo que se dijo, mejor hubiese sido, no decir nada. Frases que a golpe de tacón, formando el batallón, con el fusil en la mano, mandaron romper filas, en los cuarteles y campamentos, de una España negra y oscura, en un tiempo que ya pasó. Del hombre que el pie puso en la Luna, del que vió a su primer hijo en la cuna, del que por primera vez en avión montó. Del que despertó con la fortuna, del que durmió en la ruina y del que nunca su suerte encontró. Frases que el hombre pronunció, o calló, y que con ellas su vida cambió. La que se pensó decir, y no se dijo, y la que se dijo, y no se pensó. La que la garganta te ahogó, y la que de aire, los pulmones te llenó. La que no pronunció el lloroso perdedor, y la que, lleno de alegría, y sin decir bien dichas dos seguidas, balbuceó el ganador. Del que tierra a la vista gritó y del que marchó y nunca más volvió. Del que a lo más alto subió, y más bajo, bajó. Frases que en la agonía del ser humano, con la muerte entre las manos, agolpadas en la memoria, en el final de la trayectoria, sin decirlas, para siempre calló. De llanto por quien murió y de alegría por quien nació. De bienvenida y de despedida, del que enfermó y luego sanó. Frase por la que estalló una guerra, y aquella otra, por la que la tregua llegó. Desde el atril del político y del pulpito religioso. En la consulta de tu doctor, de un diagnostico poco gustoso. Aquellas frases con las que de pulsaciones el corazón te aumentó, susurradas al oído, que dichas por el ser querido, el sueño te quitó. Frases queridas y deseadas, que sin ellas pareces no ser nada, que del ser amado son esperadas, y que quedan en el olvido si no son pronunciadas. A veces se habla con la boca cerrada, con la expresión de unos ojos, con el gesto de una mirada, con las manos en movimiento, con la fuerza de un sentimiento que sale del alma. Son frases sin palabras, frases que dicen mucho, sin decir nada, quizás las más hermosas, las más guardadas. Las que quedan ahí dentro, las que nunca se sacan, las que en el peor de los momentos, son recordadas. Las que se ponen en el peso, para equilibrar la balanza, de vidas comunes como gotas de agua. Frases que dicta el corazón y la boca hace palabras, del adolescente y del adulto, de la persona que ya mayor, en el recuerdo de ellas, vive su añoranza. Frases bien pensadas, dichas de muchas formas y de mil maneras escuchadas. Se dicen por conveniencia, por oportunas, muchas veces interesadas. Muchas valen su peso en oro, y muchas otras, no valen nada. La vida se compone de frases dichas o calladas, de frases sordas o escuchadas, de frases por mil fuegos encendidas o por lágrimas en los ojos apagadas. Solo son frases, cortas o muy largas, mudas o gritadas …
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El poder del lenguaje 25 oct 2009 05:11 Placido Guardiola

«Cambiar el lenguaje para dejar la realidad»

Se dice que el hombre puso nombre a las cosas para aprenderlas, comprenderlas y dominarlas y, seguramente es así, pero también las cambia de nombre cuando no quiere transformarlas, cuando en la realidad éstas siguen su curso y derrotero propio.
Llevamos tantos años de historia haciendo esto que, en ocasiones, creemos que es suficiente con ponerle nombre a las cosas y problemas, para que por ese hecho, éstas cambien y sean de otra forma distinta. Creemos que con identificar, calificar el problema este ya está solucionado o en vías de solución.
Como quiera que los problemas sociales son los más difíciles de solucionar, es en este ámbito donde más intervenimos a nivel de lenguaje pervirtiendo el sentido y significado de las palabras antes que cambiando la realidad. Creemos que edulcorando las palabras, aminoramos la gravedad de los hechos. Que magnificando los adjetivos. hacemos más dignos los acontecimientos. Que evitando los más duros, somos personas con talante.
Curiosamente nos hemos instalado en esta perversión del lenguaje, tan bien instalados, que hemos terminado por creernos que las cosas están de verdad cambiando, que hay transformación, cuando sólo hay cambio de denominación y nuestros problemas están donde siempre estuvieron.
Pero en fin… Ahora las fiestas de Navidad serán las de invierno, las de Semana Santa son de primavera y en nuestras calles y ciudades no hay discriminación cultural reinando una perfecta armonía multicultural.
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Ideología dominante y lenguaje 30 jul 2009 00:43 Placido Guardiola

Nos ha llegado un escrito de un amigo y seguidor donde nos propone una reflexión muy interesante sobre el uso de la lengua castellana en nuestros día y que reproducimos a continuación por creerlo de interés general.

«Contra la tontuna lingüística, un poco de gramática bien explicada»

Yo no soy víctima de la LOGSE. Tengo 45 años y he tenido la suerte de estudiar bajo probablemente unos planes educativos buenos, que primaban el esfuerzo y la formación de los alumnos por encima de las estadísticas de probados y de la propaganda política. En párvulos (así se llamaba entonces lo que hoy es "prescolar", mire usted) empecé a estudiar con una cartilla que todavía recuerdo perfectamente: la A de "araña", la E de "elefante", la I de "iglesia" (sí, sí, de IGLESIA, ¿qué pasa? ¿se va a molestar algún árabe?), la O de "ojo" y la U de "uña". Luego, cuando eras un poco más mayor, llegaba "El Parvulito", un librito con poco más de 100 páginas y un montón de lecturas, no como ahora, que pagas por tres tomos llenos de dibujos que apenas traen texto. Eso sí, en el Parvulito, no había que colorear ninguna página, que para eso teníamos cuadernos.
En EGB estudiábamos Lengua Española, Matemáticas (las llamábamos "tracas" o "matracas") Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Plástica (dibujo y trabajos manuales), Religión (¡!) y Educación Física. En 8º. de EGB, si en un examen tenías una falta de ortografía del tipo de "b en vez de v" o cinco faltas de acentos, te suspendían.
En BUP, aunque yo era de Ciencias, estudié Historia de España (en 1º), Latín y Literatura (en 2º) y Filosofía (en 3º y en COU). Todavía me acuerdo > de las declinaciones (la 1ª.: rosa, rosa, rosa, rosae, rosae, rosa en el singular; -ae, -ae, -as, -arum, -is, -is, en el plural; la segunda; -us, -e, -um, -i, -o, -o, en el singular; -i, -i -os, -orum, -is, -is, en el plural; no sigo que os aburro), de los verbos (poto, potas, potare, potabi, potatum, el verbo beber), de algunas traducciones ("lupus et agni in fluvi ripa aqua potaban; superior erat lupus longeque agni": el lobo y el cordero
bebían agua en el río; el lobo estaba arriba, lejos del cordero; "mihi amiticia cum domino erat": yo era amigo del señor). Leí El Quijote y el Lazarillo de Tormes; leí las "Coplas a la Muerte de su Padre" de Jorge Manrique, a Garcilaso, a Góngora, a Lope de Vega o a Espronceda...
Pero, sobre todo, aprendí a hablar y a escribir con corrección. Aprendí a amar nuestra lengua, nuestra historia y nuestra cultura. Aprendí que se dice "Presidente" y no Presidenta, aunque sea una mujer la que desempeñe el cargo.
Y... vamos con la Gramática.
En castellano existen los participios activos como derivado de los tiempos verbales. El participio activo del verbo atacar es "atacante"; el de salir es "saliente"; el de cantar es "cantante" y el de existir, "existente". ¿Cuál es el del verbo ser? Es "el ente", que significa "el que tiene entidad", en definitiva "el que es". Por ello, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se añade a este la terminación "-nte". Así, al que preside, se le llama "presidente" y nunca "presidenta", independientemente del género (masculino o femenino) del que realiza la acción.
De manera análoga, se dice "capilla ardiente", no "ardienta"; se dice "estudiante", no "estudianta"; se dice "independiente" y no "independienta"; "paciente", no "pacienta"; "dirigente", no "dirigenta"; "residente", o "residenta".
Y ahora, la pregunta del millón: nuestros políticos y muchos periodistas (hombres y mujeres, que los hombres que ejercen el periodismo no son "periodistos"), ¿hacen mal uso de la lengua por motivos ideológicos o por ignorancia de la Gramática de la Lengua Española? Creo que por las dos razones. Es más, creo que la ignorancia les lleva a aplicar patrones ideológicos y la misma aplicación automática de esos patrones ideológicos los hace más ignorantes (a ellos y a sus seguidores).
No me gustan las cadenas de correos electrónicos (suelo romperlas todas) pero, por una vez, os propongo que paséis el mensaje a vuestros amigos y conocidos, en la esperanza de que llegue finalmente a esos ignorantes semovientes (no "ignorantas semovientas", aunque ocupen carteras ministeriales).
Lamento haber aguado la fiesta a un grupo de hombres que se habían asociado en defensa del género y que habían firmado un manifiesto. Algunos de los firmantes eran: el dentisto, el poeto, el sindicalisto, el pediatro, el pianisto, el golfisto, el arreglisto, el funambulisto, el proyectisto, el turisto, el contratisto, el paisajisto, el taxisto, el artisto, el periodisto, el violinisto, el taxidermisto, el telefonisto, el masajisto, el gasisto, el trompestisto, el violinisto, el maquinisto, el electricisto, el oculisto, el policío del esquino y, sobre todo, ¡el machisto!
Si este asunto no te "da igual", pásalo por ahí, a ver si le termina llegando a la ministra de "igual-da".

José Luis Guirao
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