Ayer el Presidente de Gobierno D. Mariano Rajoy, él que está acostumbrado a pasar desapercibido y dejar que los problemas se cuezan a fuego lento en su salsa, sorprendió a sus señorías de la cámara del senado entonando el mea culpa por la situación creciente de alarma social creada por el constante goteo de casos de corrupción con la que nos levantamos a diario. Pidió perdón en nombre de su partido y anunció medidas para atajar el problema.
Está bien lo de pedir perdón, es una tradición muy castiza y católica en nuestra cultura, aunque desde la autoridad religiosa y el catecismo ya se nos enseñaba que el perdón obtenido en la confesión sólo se daba si existía un auténtico propósito de enmienda.
Sobre esto último el Presidente nos prometió “medidas”, en otras palabras leyes para luchar contra la corrupción. Leyes o medidas que se vienen añadir a toda una maraña de muchas e interminables que completan nuestro sistema legal. Estamos en un país donde para combatir al mal que nos corre y consume legislamos, endurecemos las leyes existentes, pero no cambiamos la estructura judicial que debe interpretarlas, juzgarlas y aplicarlas. Todos, absolutamente todos los gobiernos de nuestra Democracia han adoptado medidas para combatir la corrupción y a medida que han pasado los años ésta ha ido creciendo.
Pues eso Sr. Rajoy le diría a Ud. ahora: se ha confesado pidiendo perdón, añada medidas y tres avemarías y el asunto resuelto.
Sin embargo, me temo que ha llovido tanto que la tierra no admite una gota más, y su gesto sólo quede en eso, sus medidas en otras que completen la amplia y extensa panoplia de nuestras leyes, mientras la corrupción, seguirá enquistada en nuestro sistema social.
Quiere medidas, medidas de verdad... deje libertad a los jueces, retire los tentáculos de los partidos políticos sobre el poder judicial, déjense de reparto de los miembros de los altos tribunales, dote de total autonomía a los jueces para elegir a sus miembros e interpretar las leyes... ese día se habrá tomado la medida más eficaz contra la corrupción.
Si de verdad hay propósito de enmienda Sr. Rajoy, si quiere hacer efectivo y válido el perdón que nos solicita déjese de gaitas, tome medidas de verdad, no añada leyes, controles, reglamentos a un saturado sistema legislativo leguleyo que, lejos de resolver, enmaraña y dificulta el castigo de culpables con un aparato judicial saturado, maniatado y sometido. Si de verdad quiere cambiar hágalo y déjese de monsergas.
De lo contrario. ya sabe... rece tres avemarías y que Dios nos pille a todos confesados. Falta nos hace.