En Jumilla, además de nazarenos, músicos, romanos, tronos y estandartes, tenemos organizadores. No visten estos túnicas de vivos colores, ni portan capuz, no señor, estos visten de riguroso traje oscuro y, a modo de pértiga portan un pinganillo como los escoltas de la gente VIP, con los cuales comunican no se si con la central o con el más allá. Pero puedo asegurarles que por ellos suelen hablar y se dicen si el paso tal o cual esta andando, por dónde anda o si la cruz guía debe parar ipso facto.
Pero el auténtico misterio, mucho más que el de la Santísima Trinidad, es explicar como tantos organizadores pueden ordenar tan inmenso caos y desastre en una procesión. Esto, puedo asegurarles que es mucho menos desentrañable que el misterio del mismísimo cosmos y origen del universo. En disculpa de todos ellos, debo decirles que si de verdad hay un asunto difícil y complejo en el universo, ese es sin duda, el orden de la Semana Santa en Jumilla. Además de que, seguramente, algún día la física cuántica demostrara que las partículas y fotones individualistas de los jumillanos que intervienen en ella son de por si caóticos e inestables. Vamos, que nos va el desorden y el salgo por donde me da la gana.
Organizadores de Semana Santa los ha habido clásicos, como Mariano el del Juzgado y sus compinches Cincoduros y Abellán poniendo orden en la Iglesia del Salvador un Viernes Santo en la mañana, no digamos Germán en la mañana del Resucitado. Pero ahora, para mi que hay una nueva promoción que no les llegan a la cintura a aquellos clásicos y son más bien imberbes en éstas líderes.
La pregunta que se hace todo buen observador cuando ve nuestro caos procesional es si es necesario tanto organizador. Aun cuando la pregunta entra dentro de la más elemental lógica, la respuesta al dilema es mucho más compleja y sutil.
Verán, organizar el caos es imposible por definición y esencia misma de la materia a organizar, por tanto, los organizadores tienen en Jumilla otra misión de mayor calado y envergadura. En Jumilla no eres nadie hasta que no te cuelgan algún medallón o capisario, o esto, o te haces encimario del Cristo Amarrado (que para el caso que les comento también vale). Sea como sea si en ésta sociedad quieres ser algo, reconocido o ser importante en algún momento de tu vida, debes colgarte el distintivo de organizador de la Semana Santa, de no hacerlo, estás condenado a no ser nada públicamente en Jumilla.
Yo mismo, tras llevar fotografiando la Semana Santa desde 1972 no era nadie, no contaba con reconocimiento alguno, hasta que vino el Ministro Bono a dar el pregón y solicité una tarjeta a la Junta Central que me expidieron bajo el epígrafe de Reportero. No es que desde entonces sea alguien en mi pueblo; pero ya no me miran tanto por encima del hombro. Claro que a mí no me impusieron el medallón, ni mi tarjeta era de organizador, pero algo es algo.
Aquí nadie llega lejos si no organiza, preside, o le dan cargo en la Junta Central. Si observan muchos de ellos pasaron por esto antes de ser Alcalde, Concejal o gente principal en la muy noble y leal villa. Por tanto, los organizadores procesionales no están para organizar nada, no señor, están en la academia superior de mandos de la ciudad de Jumilla. Esto lo sabe cualquier jumillano que se precie, de ahí, que años tras año, nuevos cadetes ansiosos de ser algo importante ingresen en sus aulas.
Una vez que en la misa del pregón les cuelgan el medallón es signo inequívoco que su persona se enriquece con un áurea especial que les marca una impronta de mando, un halo de relevancia pública que, como el sacerdocio, es cosa de por vida.
Si tu amigo lector no te habías percatado de esto, si aspiras a ser alguien en la vida futura de Jumilla, mi consejo es claro, ingresa cuanto antes en este selecto club de organizadores de Semana Santa. Esa es la vía feten para llegar a la aristocracia jumillana, si no lo logras siempre te quedará la Junta directiva de cualquier hermandad o el socorrido cargo de encimario del Cristo Amarrado.
Estas últimas otras vías alternativas a la Organización en tu carrera diplomática, política y publica, no dan el cache necesario para triunfar, pero en Jumilla, ayudan mucho.
haber Placido, de todos es bien sabido, que todas estas personas que salen con el " pinganillo " en la oreja y van "paca" o "paya"., pintan menos que una zambomba en un velatorio., no hubiese sido necesaria toda esta retaila tuya sobre lo que son o no son, si por el contrario, me hubiese parecido mas lógico que cargaras tus tintas, para criticar lo que en verdad es criticable y es la junta central de hermandades de semana santa de Jumilla, y que en verdad y dado los pasos que han ido dando, parece mas que se preocupan por lo bien que quedan en este u otro lugar, que por nuestra semana santa, se les llena la boca con lo internacionales que somos, para luego, y cuando de verdad importan las cosas, nos encontramos con el tema de la " Burrica " del domingo de ramos, que es impresentable.
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