Jumilla, perdida y olvidada, lleva siglos levantándose de sequías abrasadoras, riadas arrasadoras y aires desoladores. Adormecida languidece durante largos periodos de estancamiento y estupor, a veces despierta en otros más fugaces de de esplendor y prosperidad; en definitiva, postrada en las faldas de su cerro del castillo viendo pasar oportunidades que nunca llegan a cuajar y ello aún pesar de la tenacidad que caracteriza a sus gentes.
«...no se si trabajamos, si comemos todos; pero qué bien que lo pasamos, porque de continuo estamos en una fiesta interminable»
Ahora, Jumilla es toda una fiesta, vive, trabaja y se desvela todo el año pensando en la fiesta. Jumilla hoy es Una fiesta todo el año, como reza en el eslogan de la concejalía de festejos. Aun no hemos salido de un sarao festero cuando ya estamos metidos en otro. Aquí no se si trabajamos, si comemos todos; pero qué bien que lo pasamos, porque de continuo estamos en una fiesta interminable donde nuestros dirigentes locales no paran de inaugurar saraos festivos y nuestros esforzados y heroicos colectivos festeros no cejan en su empeño por dar más lustre y brillo a sus respectivos actos festeros. Nunca antes ningún pueblo llevó tan alto el listón festivo, jamás se ha conocido una fiesta interminable que pueda parangonarse con la contribución a la difusión del nombre de una ciudad, su turismo interior y desarrollo económico como cuantos actos festivos venimos organizando y desarrollando en Jumilla.Estamos que nos salimos de tanto esplendor festero; nuestra economía local va viento en popa, el comercio florece ante los aluviones masivos de turistas que vienen a las mieles de nuestras fiestas, el sector hostelero y de restauración apenas si puede hacer frente a las crecientes demandas de sus potenciales clientes, los medios de comunicación nacionales e incluso internacionales se hacen eco de nuestros fastuosos eventos y todo ello alimenta y acelera nuestro desarrollo económico.
No es de extrañar, por tanto, que tanto empeño festero tenga su reconocimiento en un pueblo que siempre fue, además de generoso, bien agradecido. De ahí que nuestras autoridades locales siempre lleven en boca a los esforzados colectivos festeros auténticos artífices de este festín interminable. La prueba la tenemos en los premios Hypnos 2015, en donde la mitad de los galardonados han sido, precisamente, los sacrificados colectivos festeros en reconocimiento a su esfuerzo y trabajo en pro de las muchas fiestas que desarrollamos.
«Nada suscita más reconocimiento y apoyo popular que la fiesta ...»
Nada suscita más reconocimiento y apoyo popular que la fiesta ¿acaso hay alguien a quien no le gusten?¿Existe por casualidad otro acto social que concite mejor la tradición y cultura de un pueblo que sus fiestas? Por si eso no bastase aquí tenemos saraos festeros de toda índole, los nuestros, los de siempre de toda la vida y una pléyade de nuevos actos de todo tipo y sazón, bien sean deportivos, culturales, musicales... Aquí no pasa semana que no tengamos una cita, un sarao festero montado en las calles, para hacer realidad el slogan de nuestra concejalía. «Jumilla, una fiesta todo el año».Aquí no tenemos empresarios individuales, agricultores tenaces, artesanos de su oficio o comerciantes emprendedores y, si los tenemos, no nos damos por enterados; lo que no cabe duda que tenemos son magníficos colectivos festeros que engrandecen y lucen a nuestras numerosas fiestas a los cuales, a su vez, no paramos de darles alabanzas y lustre intentando congratularnos con lo que más unanimidad despierta entre nosotros: la fiesta. Tan reconocidos estamos a estos paladines de la fiesta que ya se rumorea el fichaje de algunos de sus organizadores en la próximas listas electorales. Es de cajón ¿cómo un pueblo que vive por y para la fiesta va a desaprovechar la oportunidad de perder la valía de estos hombres que has sabido desarrollar tan profusamente los actos festeros? Por ello, humildemente, sólo me queda unirme al coro general de mis paisanos y cantar con ellos el himno: Honor loor y gloria a los artífices festeros de nuestro pueblo.
Panem et Circenses, que decían cuando los Césares. El circo está montado, es cierto, pero el pan se nos ha puesto duro... Muy oportuno el artículo y muy fina la ironía.
ResponderEliminarEl sistema de concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, por parte de los políticos, es la esencia de la demagogia. Ahora se le llama también populismo.
ResponderEliminarEstá bien que haya fiestas y merito tienen los que las organizan. Pero malo es que éstas hurten el natural debate social y político que debería esta presente en toda comunidad. O la confusión de política y semana santa.
No sé a qué viene lo de "Jumilla, una fiesta todo el año", si el folleto editado por la concejalía no llega mas allá de Mayo. Nadie sabe que puede venir después. Yo, sinceramente, esperaba 3 o 4 tamboradas más.
ResponderEliminarCon mucho gusto invitaría a Plácido a que se fuera a pasar la semana santa a la playa, donde también podría fotografiar cuerpos desnudos, pero más rotundos y menos lacerados.
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