Desde hace ya algunos años el misterioso Cristo de la Reja es procesionado la noche del Viernes Santo en Jumilla, por lo que el lunes en la tarde es bajado desde el monasterio de Santa Ana del Monte a Jumilla recorriendo las calles Avenida de la Asunción y Cánovas en su traslado a la Parroquia de San Juan. Las antorchas encendidas que portan algunos acompañantes en este traslado es el signo identificativo que ha terminado por darle el sobrenombre popular de “La procesión de las antorchas”.
Ayer lunes, una vez más nos dimos cita en Santa Ana del Monte un buen grupo de aficionados a la fotografía e incondicionales de este traslado que no faltan ningún año al evento. Qué duda cabe que, aun cuando la imagen no es una buena talla (ni siquiera es una talla en madera), sobre su factura de cartón ennegrecida recae un gran fervor y misterio al formar parte de los milagros y leyendas del monasterio jumillano. Su liviano peso y el protagonismo que desde el principio dio la hermandad a los niños en este traslado, han hecho de él uno de los mayores atractivos para ocupar la tardes del Lunes Santo con la que damos comienzo nuestra particular semana de pasión.
«...tocaba pleno ordinario en nuestro Ayuntamiento, un pleno que como corresponde en una semana de pasión, se presentaba calentito y apasionante ...»
Ayer, capricho del calendario, era también el último lunes de mes y tocaba pleno ordinario en nuestro Ayuntamiento, un pleno que como corresponde en una semana de pasión, se presentaba calentito y apasionante a juzgar por la batería de ruegos y preguntas que los concejales de ambos grupos de oposición iban a realizar al Equipo que nos mal gobierna.
No es cuestión de que yo les desvele aquí las preguntas que, finalmente, no fueron formuladas pues in extremis, a última hora, el pleno fue suspendido para que sus señorías pudieran contemplar la procesión de las antorchas a su paso bajo los balcones de la Casa Consistorial. Tras el paso del cortejo, quedando pendiente el punto de ruegos y preguntas, este no se reanudo quedando toda la batería de preguntas sin realizar.
Les puedo adelantar que aun cuando las cuestiones sobre las que versaban esas preguntas no eran sobre cuestiones de enorme cuantía económica, si habrían servido para poner colorados a quienes vienen haciendo en su acción de gobierno un uso de los recursos públicos como si de una continuación de los propios se tratara.
Quiero pensar que con el mandato prácticamente agotado, aun tengamos ocasión de poner colorados a quienes se aprovechan de su cargo para beneficiarse personalmente o en la persona de parientes cercanos de aquellos recursos que tienen, por razón de su cargo, obligación de administrar.
Pero ayer nuestros gobernantes locales que, debían olerse la que se les avecinaba, aprovecharon el paso de las antorchas bajo el balcón del Ayuntamiento, como la excusa perfecta para librarse del molesto punto de Ruegos y preguntas que se amenazaba con sacarles los colores.
No esperaran Uds. que tan altos próceres semanasanteros, hoy en los destinos del gobierno municipal, cumplieran con el orden completo del orden del día como es su principal obligación, perdiéndose el magnífico traslado del Cristo de la Reja ¡Faltaría más! A donde se ha visto que ellos puedan perderse un sarao para contestar a cuantas preguntas les quieran hacer los grupos de la oposición