Fotógrafos de Semana Santa 5 abr 2014 01:39 Placido Guardiola

«Cuando la fotografía sustituye a la vida»

Un aficionado haciendo fotos

El pasado jueves la joven Sandra Gómez Guardiola presentó en el museo etnográfico su documental sobre los fotógrafos de Semana Santa. El acto contó con la intervención del Presiente de la Junta Central de Hermandades, el director de museo y Bartolomé Medina, abriéndose al finalizar el documental un coloquio sobre el tema.

Sandra Gómez en el centro durante la presentación de su documental

Aún hoy, sigo sin terminar de entender las razones que pueden llevar a una chica joven como Sandra a ocuparse de estos temas; no lo entiendo, porque como tuve ocasión de manifestar en el coloquio, creo que el aficionado a la fotografía siempre fue una especie rara de definir, cuyos límites quedan confusos entre el profesional y el de un particular que disparaba fotos con su cámara.
Incluso hasta los primeros años del presente siglo, parecía que el aficionado venía a ser alguien con conocimientos técnicos avanzados lleno anhelos artísticos y un buen equipo que dedicaba parte de su tiempo en plasmar bellas imágenes. En la actualidad, todo el mundo tiene un buen equipo, no es necesario tener pesadas reflex, ni son precisos los conocimientos técnicos y casi todo el mundo hace varias fotos al cabo del día con anhelos artísticos. En otras palabras, aficionados ahora, lo son todos.

¿Otro aficionado haciendo fotos?

Si alguien me preguntara que diferencia hay entre la Semana Santa de ahora y la de hace tan solo quince años mi respuesta sería clara: Hace quince años, era un espectáculo de color, sonido y arte que se reproducía en la calle ante un público no menos asombroso que asistía al mismo y lo vivía. Por medio habían unos cuantos locos que querían plasmar todo aquello con su cámara. Ahora, el espectáculo se sigue dando; pero apenas hay público viéndolo, pues más de la mitad están grabándolo sea con su cámara, smartphone, etc. Es más, hasta los organizadores de la Junta Central llevan su cámara y al mismo tiempo hacen fotos al acontecimiento por el que deben velar. Mi pregunta es ¿Qué lugar queda ahora para los aficionados? Quiero imaginar que los aficionados son aquellos que hacen fotos para el concurso de Semana Santa, pues sólo eso me aparece como rango distintivo de quien con su cámara en el bolsillo intenta hacer lo mismo que aquel.
Vivimos un mundo extraño, en el que lejos de vivir la vida, entendemos que hacerlo es plasmarla en imágenes. Da igual si tienen más o menos calidad, uno vive en la medida que testimonia su existencia en imágenes que a modo de notario dan fe de que hemos vivido y experimentado eso.

Luis Canicio 1980 encuadra a un aficionado

Siempre pensé que los japoneses no viajan a ninguna parte, simplemente recorren el mundo haciendo fotos y grabando vídeo, para después, descubrirlo en las pantallas de sus casas. De igual modo la revolución que ha supuesto la fotografía digital que ha universalizado la fotografía nos ha cambiado el modo de vida. De una vida que no vivimos si no dejamos constancia de sus vivencias en bonitas imágenes para subir a Facebook o compartirla con los demás. ¿No sería más sencillo vivir la vida, compartirla directamente?
Siempre me ha gustado la fotografía, me gusta, ha sido y sigue siendo una constante en mi vida; pero detesto ésta funesta forma de entenderla ahora en la era digital. Creo que esto ha cambiado tanto que ahora es más confuso distinguir eso que llamábamos fotógrafo amateur, pues amateur es todo el mundo y desde luego sin me dan a elegir prefiero los capuruchos sean capuruchos, los organizadores que organicen la procesión, los espectadores que disfruten del desfile y los amateur de verdad, que hagan fotos. A este paso tendremos más fotógrafos que capuruchos y ningún espectador. Miren Uds. por donde, sin los espectadores,capuruchos y organizadores, no hay Semana Santa.