En Jumilla que desde siempre hemos sido muy carnavaleros, hacia años que no conocíamos un carnaval tan animado, concurrido, con tanto disfraz y tanta participación popular. Seguramente el pueblo cuando lo pasa mal como ahora ocurre, tiende a darse una licencia para reírse de lo divino y lo humano ,poniendo de este modo buena cara al mal tiempo.
Seguramente en el éxito de estos carnavales algo habrá tenido que ver el actual Concejal de Festejos Antonio Valero, quien no en vano lleva tiempo currándoselos y coordinando con algunos colectivos todos sus actos. Aunque lamentablemente, el error en la elección del motivo de su disfraz del sábado (muy bien elaborado por cierto), le este amargando lo que sin duda es un rotundo éxito de gestión. Sobre este último detalle que, tantos disgustos le está ocasionando a nuestro edil, ya me pronunciare en otro momento con la profundidad que el caso merece, lejos ya de tanta algarada y escarnio mediático al que le han sometido en las redes sociales.
Si juzgamos lo visto en este último fin de semana, efectivamente tenía razón Antonio Valero cuando afirmaba que el carnaval de este año marcaría un antes y un después, ya que ha supuesto un punto de inflexión en cuanto a participación y actos que, de confirmarse en años venideros, indican un cambio de rumbo y formas en nuestro carnaval.
Estamos ahora ante un carnaval que poco tiene que ver el que hemos visto agonizar poco a poco en los últimos años, me refiero a esos mascarones en la calle del Calvario que lunes y martes de carnaval andaban de broma y chifla dando la vara a todo conocido, vecino o familiar que se encontraban a su paso. También lejos del domingo del higuico. El carnaval de ahora, viene a ser un carnaval muy mediático, influenciado por los grandes carnavales o los más popularizados a través de los medios, léase el de Cádiz, Canarias o el propio Rio de Janeiro.
De este mimetismo mediático, hemos copiado todo o casi todo, así de Cádiz heredamos los grupos que sin llegar a las chirigotas, ya tuvimos alguna en el Teatro Vico con «Los que no saben perder», el pasado 21 de Febrero. De canarias copiamos la reina del carnaval y vestimos a nuestra musa imitando la exuberancia y plumaje de sus trajes. De Rio copiamos el gran desfile de carnaval que recorre nuestras calles y como no tenemos sambódromo nos conformamos con el fiestódromo que montamos en Avenida Levante.
Como digo, nuestros jóvenes han desfilado a ritmo de música bailando por las calles y el carnaval jumillano antes de alcanzar su fecha de cierre tradicional (martes de carnaval), parece que ha finalizado con un rotundo éxito. Nuestros jóvenes han participado masivamente y están encantados con el nuevo modelo A quién le importara dentro de diez años ¿cómo eran los mascarones de Jumilla o el tío del higuico? Seguramente nadie recordara que aquí había un carnaval con identidad propia.
Y yo Plácido me pregunto, ¿esto es Carnaval? o ¿una fiesta de disfraces de un sábado de febrero?¿Dónde queda el Domingo del Higuico, el lunes de los zagales o el grandioso martes de la calle Calvario? Pese a la fiesta de asociar fiesta de disfraces con Carnaval, con Sábado y con beber alcohol, a mi eso no me compatibiliza con lo que yo he vivido desde cachorro, por tanto Plácido como en otros tantos temas se han cargado lo que de verdad es el Carnaval jumillano.
ResponderEliminarTu pregunta querido amigo, nos la hacemos muchos y, evidentemente, para quienes como nosotros se la hacen la respuesta es no. Eso es otra cosa, pero indudablemente vivimos nos guste o no en otro modo social que nada tiene que ver con el que nos encontramos en nuestra infancia
EliminarEvolución, creo que se llama…
ResponderEliminarO cambio de era María que también puede ser.
EliminarIgual que la feria se trasladó de oct/nov a agosto porque así volvían muchos que vivían fuera, ahora es más concurrido un carnaval en fin de semana. No se puede remar contracorriente.
ResponderEliminarA.