Hojas secas en mañana de escarcha |
Nuestra vida urbana y sedentaria nos ha cambiado la percepción del tiempo, no soportamos ya ni el crudo invierno ni el tórrido verano, salvo para estar en la tumbona en la playa al lado del chiringuito con un Gin Tonic en la mano.
Hemos cambiado tanto la percepción con la que miramos el tiempo diario, que hasta los presentadores televisivos dedicados a este tema anuncian un fin de semana seco y soleado como indicativo de Buen Tiempo.
No creo que nuestros abuelos se expresasen así para referirse a días de sol limpios sin una nuve el el horizonte, especialmente en lugares como Jumilla donde lo que escasea es precisamente lo contrario. Ellos sabían que el invierno tenía que ser duro y frío, que eran buenas las heladas de varios días para matar miles de larvas que en primavera y verano no traen sino plagas al campo. Eran necesarios los aires para el avento de la era y el frió para curar la matanza en las cámaras. También el calor tórrido en verano y el tiempo seco que agosta las siembras y secan los granos.
El buen tiempo era lisa y sencillamente que en cada momento hiciese lo que correspondía, lo que tocaba. Pero ellos jamás habrían hablado de buen tiempo por definición el seco y soleado, más bien aquí, en Jumilla, el buen tiempo sería el contrario por la escasez de lluvias. Por tanto para ellos una buena primavera sería rica en abundante nubosidad y amenaza de lluvia. El sol, ellos lo daban por descontado.
Arriba escarcha de Invierno, abajo dos momentos de primavera |
El hombre o la mujer del tiempo, que viven en el ambiente urbano hoy dominante, piensan que es bueno para el campo que llueva, porque así bota mejor la pelota.
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