«¿Salimos ganando?»
Tras el anuncio de la cadena de supermercados de alimentación del Sr Juan Roig haciendo publica la expansión y creación de más de 1000 puestos de trabajo en los próximos cinco años, no cabe sino congratularse y aplaudir esa decisión empresarial. una noticia como esa, en un momento tan angustioso en lo laboral para miles de familia es para que nos regocijemos todos.
Personalmente aplaudiría hasta con las orejas de no ser porque tras esa noticia se esconde otra menos alegre y más dramática; la de que cientos de pequeñas tiendas y comercios cerraran sus puertas como consecuencia de esa expansión. Nunca se puede afirmar, al menos nadie tiene suficiente información y datos para hacerlo, si los puestos de trabajo que crea equivalen o no a los que destruye. En cualquier caso, permítanse que dentro de la satisfacción no ponga las campanas a repicar por el anuncio.
Por otra parte y, hasta donde llegan mis conocimientos y noticias sobre su política de personal, hay que poner en el haber de Mercadona el trato y oportunidades de carrera profesional que ofrece su personal.
Dicho lo anterior y aún admitiendo que cree más empleos que destruye (aunque me inclino a pensar lo contrario), el debate acerca del crecimiento de la firma Mercadona no se agota ahí; en su análisis habría que valorar al mismo tiempo si con este proceso de monopolización del mercado alimentario el consumidor sale ganando.
Seguramente si nos atenemos a productos de calidad media muy competitivos en precio, el consumidor es posible que se ahorre algunos céntimos en la compra. Aunque ese ahorro no justifica la laminación de pequeñas industrias alimentarias de una gran calidad que venían colocando sus productos en las estanterías de las viejas tiendas de comestibles y que ahora desaparecen bajo la apisonadora de las marcas blancas de Mercadona. Aquí, créanme, Mercadona se comporta como una auténtica devoradora que está haciendo desaparecer a miles de firmas modestas, locales o semi-artesanales. Al mismo tiempo la competitividad tan agresiva en precios de esta firma no le hace dudar un momento en deslocalizar o dejar tiradas a empresas fabricantes de sus marcas blancas existentes en nuestro país, llendose a los confines del mundo si fuera necesario. Sinceramente si pongo todo ello en la balanza comienzo a tener serias dudas de que esto sea una buena noticia que a la larga nos beneficie a todos. Además, el que la noticia se produjera hace más de un año (junto a otras parecidas de Carrefur y Zara), el que de nuevo ahora circule por las redes sociales; en donde algunos incautos de buena fe y mejor corazón comparten y la expanden; comienza a darme yu-yu y esgrima.
En fin... qué quieren que les diga, la propaganda y el lavado de imagen de las grandes firmas tiene los tentáculos muy largos y poderosos.
Nosotras comprimos (compramos), nosotras elegimos.
ResponderEliminar¿Competitividad agresiva? ¿Calidad media? Puede que eso fuera hace tres o cuatro años, pero desde entonces no he debajo de observar cómo los precios de este supermercado subían más que los otros, eliminaban productos geniales, y los que quedan cada vez son peores. Antes hacía mi compra al completo ahí, ahora cada vez lo piso menos.
ResponderEliminarSaludos.
Perdona el retraso en la publicación de tu comentario, el sistema lo tomó como «Spam». Revisa tu sistema por si tuvieras algún spyware que en ocasiones provoca estas cosas
EliminarSobre-cogedor...
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