En ocasiones, una fotografía resulta buena, precisamente porque rompe las reglas más elementales y básicas de su técnica. La que ahora proponemos es uno de esos casos, si la ampliamos al máximo, podemos observar un desenfoque claro en ella debido a la trepidación producida por utilizar una velocidad de obturación demasiado baja para la distancia focal del objetivo, un 400 milímetros en este caso.
Sin embargo, la foto global transmite mejor así lo que se pretendía, captando un espacio compuesto por los puntos blancos de la flor de los almendros a contraluz. No hay nitidez pero el ojo y el celebro humano perciben con claridad el detalle que falta en la imagen. Viene a ser como la técnica impresionista en pintura, donde con pinceladas sueltas aparentemente aisladas son capaces en su conjunto de reconstruirnos la realidad de la escena.
Durante estos días se está produciendo a nuestro alrededor un espectáculo increíble y gratuito, la floración de los frutales en los almendros de los campos de Jumilla, un auténtico lujo para los sentidos que les recomiendo no deben perderse.
Totalmente de acuerdo contigo, Plácido, un espectáculo tan gratuito como impagable.
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