El Tonto el haba 5 ene 2014 21:32 Placido Guardiola

«De tonto el haba a tonto jodeor» 

Mañana debería ser designado por la ONU Día Internacional del Tonto el Haba digo esto porque el nombre a este espécimen humano que en la actualidad está en plena expansión invasiva, viene precisamente, de cómo se designa a la persona que encuentra el haba oculta en el roscón de reyes propio de los desayunos del tal día.
Aunque se denomine así a quien encuentra esta legumbre en el tradicional roscón de reyes, no me quiero referir a estos sino a quienes lo ejercen las veinticuatro horas del día los trescientos sesenta y cinco días del año. Estos últimos no tienen conciencia de su condición, cosa que ignoran por completo y aunque sin mala, fe ni maldad se dedican de continuo por su forma de ser a joder al prójimo sin motivo alguno. Pasando así de ser «Tonto el haba» a ser «Tonto jodeor», por lo que fastidian a todo el mundo a todas horas.
Como les digo el «Tonto el haba» carece de maldad, aun cuando es difícil, no hay que tomarle en cuenta sus actos al no haber ánimo de dolo en ellos. Eso sí, el daño que pueden llegar a causar es inconmensurable. De ahí que, en numerosas ocasiones se salgan con la suya, pues en tal de no aguantarlos, de no escucharlos terminamos por dar la razón a lo que piden o pretenden.
El «Tonto el haba», al contrario de lo que pudiera parecer, suele triunfar en la vida; precisamente por su condición es buscado por el poder y reclutado otorgándole poder y honores ya que jamás cuestionará nada y será sumiso con el de arriba. Por eso hay tanto «Tonto el haba» en los cargos públicos y políticos de nuestro país.
El «Tonto el haba»  lo es con mayúsculas y en grado superlativo, en definitiva es tonto, y no lo es más porque no entrena y además es imposible. Por lo que hay que tener una paciencia infinita con ellos.
El «Tonto el haba» se entregará con absoluta dedicación y total voluntarismo al cargo, pero al carecer de visión para planificar, gestionar y dirigir adecuadamente, hará de este un lugar desde el que enredará a cuantos dependen de él y gestionará las sandeces más inverosímiles que cabria imaginar. No hay nada peor que un «Tonto el haba», puesto en el desempeño de una función de planificación o gestión pública. Es aquí, en el ejercicio del poder y de los cargos públicos, donde el «Tonto el haba» alcanza su máxima dimensión de «Tonto jodeor».
Si mañana por casualidad les sale el haba, por favor no se den por aludidos con el presente artículo, pues los auténticos y más genuinos «Tontos del haba»,  esos, están, como habrán podido adivinar, dentro de nuestra clase dirigente.