Huelga general en la enseñanza 24 oct 2013 12:11 Placido Guardiola

«Entre mentiras y tópicos»

A estas horas, la universidad, es un auténtico desierto; la convocatoria de huelga general en defensa de la enseñanza pública y en contra de los recortes es todo un rotundo éxito. Sin embargo, he venido como cada mañana a mi puesto de trabajo, cuando hace días el delegado de los alumnos me preguntó si vendría hoy a dar mis clases, ya le avisé de que y no me uniría a esta convocatoria.
No es que crea que la educación, especialmente la pública en donde desde siempre me he ganado mi sustento funcione bien; sino todo lo contrario. En eso hay una absoluta unanimidad, todos coincidimos en que es un desastre, que debemos reformarla si queremos ser competitivos el día de mañana. La mayoría de los españoles son conscientes de que así no vamos a ninguna parte, de que con la actual eficacia de nuestro sistema educativo estamos perdiendo posicionamiento en los mercados ahora globales y más competitivos.
Todos sabemos por más que repitamos lla famosa cantinela  de que: "La generación de jóvenes actuales son los mejor preparados de nuestra historia", que tras ese tópico, se esconde una cruda realidad bien distinta. Es verdad que tenemos más titulados superiores que nunca, que nuestros jóvenes han consumido más años de escolaridad que jamás en nuestra historia; pero ni nuestra producción científica, ni nuestras universidades, ni nuestro desarrollo tecnológico ni la cualificación de nuestros cuadros medios están en consonancia con esa afirmación. Todos coincidimos en el diagnostico de la enfermedad que nos corroe sí; pero ninguna coincidencia en los remedios.
Lo que hoy reclama esta huelga general rotunda y exitosa no es sino un conjunto de viejas cantinelas y tópicos que, de tanto repetirlos, casi todos han terminado creyendo.
La realidad de los datos demuestra todo lo contrario, nuestra educación no está en declive porque en España se invierta poco en educación, ni porque los profesores estemos peor pagados Tampoco porque la ratio profesor alumno sea más alta. Del informe de la OCDE donde aparecen las cifras comparadas de esos indicadores se deduce precisamente lo contrario, pues la inversión que hace el Estado en cualquiera de los niveles educativos por alumno matriculado es superior, en todos ellos, a la media de la UE-21 y de la OCDE. Nuestras cifras están a la cabeza junto a los países que envidiamos como Finlandia, nuestros resultados en la cola lejos de aquellos con los que desearíamos estar Un periodista escribe hoy en su columna: «Gastamos como los finlandeses y rendimos como los mauritanos». En cuanto al sueldo de los profesores, en relación comparada con la carestía de vida de sus respectivos países, resulta que estamos mejor pagados que la media de nuestro homólogos y, finalmente, nuestra ratio de alumnos es inferior.
Alguien me dirá que estos datos son del 2011, es decir antes de los recortes, pero a esos debo contestarle que las evaluaciones de resultados son también de esa fecha, además de que recortes se han producido en la mayoría de los países de la UE por la política de austeridad que reina.
Lo que desmontan los datos no es si es bueno recortar en educación, que siempre defenderé que junto con la sanidad jamás se debe recortar ahí; sino el tópico de que a mayor financiación corresponda una educación de mejor calidad. Argumento este último que utilizan mis compañeros para justificar su acción de huelga.
En un día como hoy, a éstas mismas horas, las universidades deberían tener las clases repletas, con todos sus profesores y alumnos,  analizando el informe de la OCDE, estudios sobre el gasto y sobre evaluación de los sistemas educativos Deberíamos reflexionar sobre el nuestro, acerca de qué está pasando. De ese debate deberían surgir propuestas de futuro para elevar a nuestros gobernantes y difundirlas en la sociedad. Sin embargo, nuestros estudiantes tienen un día libre de vacaciones, mis compañeros más comprometidos con la causa andan en piquetes montando un pollo a un profesor que se la ha ocurrido entrar a clase con cuatro alumnos que le habían venido (a mi no me vino ninguno, de eso me he librado), los menos convencidos en sus casas para evitar líos, los convencidos saldrán a la calle con su camiseta o su lazo verde. Estoy en contra de los recortes, muy en contra. Quien me siga sabrá que no desaprovecho ocasión para escribir en contra de la política de este gobierno que lo centra todo en la austeridad y los recortes sin hacer ningún cambio (salvo de maquillaje) en el SISTEMA. Digo sistema porque no reforma de verdad donde hay que reformar seriamente, la administración autonómica, el sistema de justicia, el educativo, el productivo, la eliminación de las corruptelas, etc. etc.
No, nuestro sistema está enfermo, en estado catatónico y no me refiero sólo al subsistema educativo, sino al SISTEMA. Mientras tanto, los más comprometidos, cada uno en su subsistema particular, quieren arreglarlo con lazos, camisetas de colores y algaradas en la calle.
¡Qué pena! ¡Qué tragedia la nuestra! Parece que estamos condenados a no cambiar las cosas.

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Por si deseas informarte de verdad:

• Panorama de la educación española Informe 2013
• Informe educativo de la OCDE 2013
• Informe PISA
• Estudio sobre el gasto en educación