«Fiestas entrañables»
En mi recuerdo estos días de finales de Julio cercanos a la festividad de Santiago y Santa Ana, los tengo asociados al final de las labores de trilla en la era. Recuerdo levantarme con mi madre con la fresca para preparar el almuerzo a los hombres que ya a la amanecida llevaban un rato metiendo la paja de la parva del día anterior en el pajar, antes de terminar y, a modo de tentempié mi madre me preparaba en un plato unos mantecados de aceite la copa y una botella de anís que en casa se guardaba para estas ocasiones con la que yo obsequiaba a cuantos se acercaban al pajar a descargar hasta terminar la ronda.
El almuerzo, siempre gachamiga, torreznos y algún embutido regado con los vinos de la casa, siempre discurría entre chanzas, curiosidades y licincierias del pueblo y sus gentes. Después los hombres volvían a la era a tender la parva del día y antes de que apretase más el calor, yo subía a darme unas vueltas en el trillo.
Las siestas eran de vigilia, pues había que estar pendiente del viento o la brisa que iba a permitir aventar el grano en la era. A veces ocurría que se juntaban dos parvas por aventar si el tiempo optaba por la “calma chicha”. También recuerdo tardes de tener que amontonar la mies varias veces cambiando la dirección del montón, pues lo mismo soplaba de levante,que más tarde cambiaba a ábrego, para tornarse después aire de arriba..
A pesar de todo, recuerdo con nostalgia éstas fechas que culminaban con las cámaras llenas de grano y el pajar repleto si el año había sido medianamente bueno. Para Santiago y Santa Ana ya estábamos en el pueblo a celebrarlo y si la cosecha había sido buena, mi padre vendía unos cuantos sacos de grano y la paga de la feria para el ajuar y las fiestas estaba garantizada.
Recuerdo estas fiestas de Santiago y Santa Ana como principales, algo así como la Semana Santa solo que coincidían con la canícula de calor en Jumilla, pero anunciaban la inminente llegada de las fiestas de Feria y, para entonces, ya refrescaba aquí al caer la tarde.
Tiempos alegres de recogida de cosecha y de preparación para la Feria y Fiestas patronales, días de ilusión y preparativos y, con buena cosecha, quizá la cosa diera para comprar las telas en "El Siglo" y estrenar un traje nuevo en feria.
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