«A propósito de las ITV»
En aquellos países de nuestro entorno europeo a los que nos gustaría parecernos, los ciudadanos se fían de sus gobiernos y, sus gobiernos, depositan confianza en la ciudadanía. Todo esto, a la larga, crea países vertebrados con una poderosa sociedad civil; en cambio las otras prácticas, generan súbditos sumisos, reticentes y desconfiados que buscan en la picaresca la solución a sus problemas ya que no creen en la soluciones y medidas de sus gobernantes.
Aquí pensamos de todos los gobiernos que: «Unos y otros, van a lo mismo. Apañarse ellos». De ahí que nuestra actitud sea descubrir como librarnos , sortear o esquivar sus mandatos. Otra posible actitud cuando se tiene esta idea de la Administración es estar a bien con el que manda o meterse dentro de sus estructuras. Así nos va, no vale quejarse pues es producto de una larga tradición que hemos heredado.
El ejemplo más reciente lo tenemos en las ITV (Inspección Técnica de Vehículos), recientemente han sido objeto atención en cadenas nacionales de televisión. En la primera de ellas, con un programa de investigación periodística al demostrar el fraude de ciertos talleres que garantizan, previo pago, que te pasan la inspección sea cual sea el estado del vehículo; por otra parte la picaresca de usuarios que ponen rudas semi-nuevas para la revisión que luego quitan, etc., etc.
Por su parte la otra cadena nacional TVE1, daba cuenta en sus noticias de la solicitud de los talleres de automoción para poder certificar también ellos (tal y como se hace en los países europeos de nuestro entorno), el buen estado del vehículo. Con toda razón además, pues con este sistema, que no digo este exento al cien por cien de peligro de fraude, nos habríamos evitado otros de mayor calado.
Pero no, nuestros Gobiernos no confían ni de sus ciudadanos, ni mucho menos de sus empresarios. Tuvo que montar en terrenos públicos, con dinero de los contribuyentes, las estaciones de ITV; luego más tarde, los políticos de turno adjudicarlas a quien convenía. Fraude al por mayor por parte de los Gobiernos regionales (caso de los hijos de Pujol en Cataluña, por ejemplo), que ha sido correspondido con otros de menos monta, como empleados o inspectores de ITV que, de acuerdo con esos talleres que garantizan que te la pasan, terminan haciendo el agosto.
Ante este desaguisado, los ciudadanos que desconfían, piensan que la ITV es más un artificio recaudatorio que un servicio por la seguridad de todos, por ello andan con los cambios de ruedas y esas gaitas...
Para que seguir... Uno termina pensando que aquí, lo nuestro, no tiene remedio.
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