«La montaña mágica de Yecla»
El monte Arabí es uno de esos sitios que uno siempre quiso visitar desde que a finales de los sesenta alguien me hablo de él. Sin embargo, ocurre con estos sitios que, por las razones que sea , lo vas dejando a lo largo de los años sin realizar la citada visita.
En ésta ocasión, la demora ha constituido un delito doble, pues el monte Arabi no dista de Jumilla más alla de unos treinta y cinco kilómetros. Está ubicado en el término municipal de la vecina localidad de Yecla, querida y envdiada en ocasiones y denostada en otras.
Este paraje constituye una visita obligada para cualquiera, además de por la belleza singular que la erosión ha causado en sus rocas calizas, dando caprichosas formas a sus abrigos, promontorios y cuevas; por constituir un enclave arqueológico singular en donde además de excelentes pinturas rupestres, encontraremos las famosas cazoletas y petroglifos. Estos últimos, grabados sobre la roca constituyen una de las manifestaciones arqueológicas más singulares que se conocen.
En definitiva, y aun cuando el paisaje compuesto de viñedos, cereal y almendros nos resultará en exceso familiar a cualquier jumillano, desde sus laderas se divisa la campiña más al norte de nuestro término, además de algunas de nuestras sierras emblemáticas como El Carche, el monte Arabí no nos dejará indiferente.
Hemos querido acompañar este artículo con lo que sin duda es una de las muestras geológicas más singulares del Arabí, su cueva de la Horadada.
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