«El mercachino más grande de Europa»
En los últimos años España, como muchos otros países occidentales, se ha convertido en foco de interés para la inmigración china. De tal modo que recientemente hemos visto florecer en nuestras ciudades y pueblos restaurantes, comercios y otros establecimientos regentados por los laboriosos chinos. Pasito a pasito, van adquiriendo locales cercanos hasta establecer auténticos barrios chinos en la ciudad, un gran Chinatown.
Llegan sigilosos, diligentes y, en su lengua ininteligible para nosotros, nos parecen respetuosos y educados. No van a los bancos a solicitar créditos y nunca acuden a albañiles, carpintero o cualquier otro servicio nacional. En silencio, a puerta cerrada, reforman el local que parecía no querer nadie y como por arte de magia un buen día tenemos un restaurante, una tienda o un supermercado que abarca todo tipo de artículos, desde la ferretería hasta corsetería pasando poscomplementos, artículos del hogar, papelería y vaya Ud a saber cuantas cosas más. Pero sobre todo a unos precios que para si quisieran los establecimientos del ramo nacionales. En Jumilla tenemos varios como saben; pero particularmente me quedo con el Supermercado Panda de Avenida de Murcia, yo prefiero llamarlo «El Corte inglés chino de mi pueblo». Si tenemos en cuenta el volumen de venta y desarrollo de estos establecimientos, que además, expenden productos del origen, el gran fabricante mundial «Made in China»; nos percataremos que para ello hacen falta grandes centros de logística y distribución. Precisamente a tal fin existe en nuestra región en el polígono industrial de Molina de Segura un gran “puerto seco” donde a diario entran y salen contenedores procedentes del país asiático. Pero además, se necesitan almacenes mayoristas, el gran centro de distribución al por mayor para estos establecimientos orientales. Para ésta última finalidad ha nacido a muy pocos kilómetros de Madrid y a pie de la autovía que conduce a Toledo, el mayor centro comercial chino, estamos hablando del polígono «Cobo Calleja», ubicado en el municipio de Fuenlabrada. Un viejo polígono industrial de naves dedicadas principalmente al mueble y la madera donde hace siete años se estableció un distribuidor chino y en donde hoy hay cerca de trescientos y apenas menos de una decena de los primitivos establecimientos nacionales.
Ir y deambular por este particular Chinatown marileño es toda una experiencia sociológica. Para empezar les diré que a él acuden a diario más de 10.000 chinos a trabajar en unas naves, las que hace unos años se vendían a 30 millones de pesetas y hoy, si quisieran adquirir una, tendrían que desembolsar 3 millones de euros.
No sólo acuden orientales al que se considera ya el recinto comercial chino más grande de Europa, acuden a diario y, en masa muchos nacionales se supone que comerciantes nativos para abastecer sus establecimientos: Digo se supone, porque en Cobo Calleja son importadores directos al por mayor, por tanto, no se vende a particulares. Aunque según la pinta que le vean y el día que sea le venderán sea particular o regente de un negocio.
Su éxito está claro precios sin competencia y muchas y buenas falsificaciones chinas donde puede comprar artículos de grandes diseñadores y firmas Fendi, Carolina Herrera, Louis Vuitton, Dolce&Gabbana , Ray Band, Versace por unos 50-70 euros cuando los auténticos en las tiendas del ramo valen entre 200-500 euros. O simplemente se pueden comprar un par de zapatos por 4 euros, un abrigo por doce, una radio con reproductor y entrada USB por 14, un plato por 35 centimos etc. etc.
Si echan la mañana deambulando por sus naves, pueden comer por 5 euros todo incluido en sus bares y restaurantes auténtica comida china (la que ellos comen no la que nos ponen en los típicos restaurantes chinos), al igual que pueden comprar productos orientales para preparar platos chinos en casa. Lo asombroso es que cuando observas las cajas que contienen tan peculiares verduras chinas, en su etiqueta dice que se cultivan en Almería.
Fuenlabrada, el municipio que los acoge es la localidad española con mayor porcentaje de asiáticos de España. En este municipio se ha construido una colonia de viviendas cuya arquitectura sigue las líneas constructivas de la armonía siguiendo «El Feng Shui» (agua y viento) Una filosofía orientar que estudia la disposición y distribución de los elementos para que las energía fluyan en armonía.
En definitiva, si vienen a Madrid, y quieren sumergirse en un mundo nuevo, rico y más que interesante, un universo que da para pensar mucho sobre nuestro presente y futuro no dejen de visitar el este Chinatown Madrileño. Si así lo hacen, comprenderán que nuestro mundo y nuestras economías están cambiando más rápido de lo que nos creemos y de que esos chinos hacen verdad el viejo refrán de «Trabajan como chinos». Ellos son auténticas hormigas silenciosas, emprendedores aguerridos para los que parece no existir la crisis y que en lo referido al comercio y mercado no dejan libre ni un nicho ni sector por tocar.
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En los últimos años España, como muchos otros países occidentales, se ha convertido en foco de interés para la inmigración china. De tal modo que recientemente hemos visto florecer en nuestras ciudades y pueblos restaurantes, comercios y otros establecimientos regentados por los laboriosos chinos. Pasito a pasito, van adquiriendo locales cercanos hasta establecer auténticos barrios chinos en la ciudad, un gran Chinatown.
Llegan sigilosos, diligentes y, en su lengua ininteligible para nosotros, nos parecen respetuosos y educados. No van a los bancos a solicitar créditos y nunca acuden a albañiles, carpintero o cualquier otro servicio nacional. En silencio, a puerta cerrada, reforman el local que parecía no querer nadie y como por arte de magia un buen día tenemos un restaurante, una tienda o un supermercado que abarca todo tipo de artículos, desde la ferretería hasta corsetería pasando poscomplementos, artículos del hogar, papelería y vaya Ud a saber cuantas cosas más. Pero sobre todo a unos precios que para si quisieran los establecimientos del ramo nacionales. En Jumilla tenemos varios como saben; pero particularmente me quedo con el Supermercado Panda de Avenida de Murcia, yo prefiero llamarlo «El Corte inglés chino de mi pueblo». Si tenemos en cuenta el volumen de venta y desarrollo de estos establecimientos, que además, expenden productos del origen, el gran fabricante mundial «Made in China»; nos percataremos que para ello hacen falta grandes centros de logística y distribución. Precisamente a tal fin existe en nuestra región en el polígono industrial de Molina de Segura un gran “puerto seco” donde a diario entran y salen contenedores procedentes del país asiático. Pero además, se necesitan almacenes mayoristas, el gran centro de distribución al por mayor para estos establecimientos orientales. Para ésta última finalidad ha nacido a muy pocos kilómetros de Madrid y a pie de la autovía que conduce a Toledo, el mayor centro comercial chino, estamos hablando del polígono «Cobo Calleja», ubicado en el municipio de Fuenlabrada. Un viejo polígono industrial de naves dedicadas principalmente al mueble y la madera donde hace siete años se estableció un distribuidor chino y en donde hoy hay cerca de trescientos y apenas menos de una decena de los primitivos establecimientos nacionales.
Ir y deambular por este particular Chinatown marileño es toda una experiencia sociológica. Para empezar les diré que a él acuden a diario más de 10.000 chinos a trabajar en unas naves, las que hace unos años se vendían a 30 millones de pesetas y hoy, si quisieran adquirir una, tendrían que desembolsar 3 millones de euros.
No sólo acuden orientales al que se considera ya el recinto comercial chino más grande de Europa, acuden a diario y, en masa muchos nacionales se supone que comerciantes nativos para abastecer sus establecimientos: Digo se supone, porque en Cobo Calleja son importadores directos al por mayor, por tanto, no se vende a particulares. Aunque según la pinta que le vean y el día que sea le venderán sea particular o regente de un negocio.
Su éxito está claro precios sin competencia y muchas y buenas falsificaciones chinas donde puede comprar artículos de grandes diseñadores y firmas Fendi, Carolina Herrera, Louis Vuitton, Dolce&Gabbana , Ray Band, Versace por unos 50-70 euros cuando los auténticos en las tiendas del ramo valen entre 200-500 euros. O simplemente se pueden comprar un par de zapatos por 4 euros, un abrigo por doce, una radio con reproductor y entrada USB por 14, un plato por 35 centimos etc. etc.
Si echan la mañana deambulando por sus naves, pueden comer por 5 euros todo incluido en sus bares y restaurantes auténtica comida china (la que ellos comen no la que nos ponen en los típicos restaurantes chinos), al igual que pueden comprar productos orientales para preparar platos chinos en casa. Lo asombroso es que cuando observas las cajas que contienen tan peculiares verduras chinas, en su etiqueta dice que se cultivan en Almería.
Fuenlabrada, el municipio que los acoge es la localidad española con mayor porcentaje de asiáticos de España. En este municipio se ha construido una colonia de viviendas cuya arquitectura sigue las líneas constructivas de la armonía siguiendo «El Feng Shui» (agua y viento) Una filosofía orientar que estudia la disposición y distribución de los elementos para que las energía fluyan en armonía.
En definitiva, si vienen a Madrid, y quieren sumergirse en un mundo nuevo, rico y más que interesante, un universo que da para pensar mucho sobre nuestro presente y futuro no dejen de visitar el este Chinatown Madrileño. Si así lo hacen, comprenderán que nuestro mundo y nuestras economías están cambiando más rápido de lo que nos creemos y de que esos chinos hacen verdad el viejo refrán de «Trabajan como chinos». Ellos son auténticas hormigas silenciosas, emprendedores aguerridos para los que parece no existir la crisis y que en lo referido al comercio y mercado no dejan libre ni un nicho ni sector por tocar.