«De "Agua para todos" a "Agua ni para su padre"»
El agua, además de un elemento necesario para la vida es un factor de desarrollo y no me refiero al exclusivamente agrario, sin agua no hay desarrollo industrial y tampoco del sector servicios. Sin ella, por tanto, hay que olvidarse de que una región o comarca pueda crecer ni demográfica ni económicamente, en este sentido regiones como la nuestra de contar sólo con sus recursos hídricos, no podría sostener el millón y medio de habitantes que tiene. Eso nadie lo discute ni lo pone en duda, lo que discutimos con una amplia panoplia de argumentos es de dónde debe salir esa agua que la naturaleza nos niega.
En el debate del agua utilizamos argumentos ecologistas o desarrollistas y hacemos del líquido elemento un tema importante en el debate político. Desde que los romanos colonizaron hispania todos los responsables políticos han sido conscientes del desarrollo que generaría trasvasar agua a las tierras secas del sur, fue un socialista Indalecio Prieto en la II República quien argumento en tiempos recientes la necesidad de trasvasar agua del Ebro al levante. El Poeta Miguel Hernández en el drama Pastor de Muerte ya decía: «Allá donde no hayan ríos habrán canales de agua y de granito que están pidiendo en un grito el Tajo y el Ebro ya».
Otro socialista Jóse Borrel, estimaba en 1993 que la cuenca del Ebro disponía de unos 5000 Hectómetros cúbicos susceptibles de ser trasvasados. Por ello, desarrolló el primer Plan Hidrológico Nacional, en donde se preveía trasvasar unos 2000 hacia levante, pero termino la legislatura sin efectuarlo. Por entonces, el PP en la oposición no mostraba entusiasmo por la idea del trasvase (seguramente no le salían las cábalas en número de votos en Cataluña y Aragón), y defendía desaladoras como alternativa hídrica. Fue Aznar quien, ya en el Gobierno, retomó la idea del trasvase, desarrollando un segundo PHN que preveía dotar a levante de la mitad de lo que contemplaba el de Borrel, proyectaba también la instalación de algunas desaladoras complementarias.
En ese momento, el PSOE en la oposición, fue quien se convirtió en el reticente a los trasvases y el propio Zapatero anuncio en un mitin en Zaragoza en 2004, que si llegaba al poder, lo derogaría. En aquel momento, Zapatero contabilizaba los votos y apoyo de Cataluña, por lo que se convirtió en un firme defensor de las desaladoras (algo había que decir a los territorios que carecen del preciado líquido).
Ahora, cuando el PP parece bajo todo pronóstico que gozará en la próxima legislatura con una amplia mayoría para gobernar, cuando en Cataluña las previsiones de subida dicen que puede ser la primera fuerza política por delante de CIU, nos sale Rajoy con lo de «No llevo en el programa lo del trasvase del Ebro»
¡No Sr. Rajoy, ni Ud ni nadie! Unos y otros toman el pelo a los ciudadanos; pero ninguno hace lo que debe hacer: ser serio, tener criterio, sentido de Estado y gobernar mirando el bien común. Por el contrario, todos están en el cálculo electoralista.
PP y PSOE están de acuerdo en todos los temas importantes, también en su actitud hacia los transvases. Tras el trámite electoral, el cambio al PP será sólo un recambio.
ResponderEliminarPues este cambio de criterio de última hora lo desconocía, pero mira, una razón más para #NoLesVotes.
ResponderEliminarVota Rubaljoy o Rajalcaba, que lo mismo te dará.