«Conocer para legislar»
Ayer, en el Festival de Cine de San Sebastián, David Bravo, abogado sevillano especializado en temas de propiedad intelectual y derechos de autor, le bastó media hora para demostrar que la Ley Sinde no sirve absolutamente de nada. Al tomar la palabra en la conferencia a la que había sido incitado, anuncio que haría un experimento que anunciaba en ese momento. Dijo que podría seguirse en Twitter bajo la etiqueta (hashtag, así se denominan) de #TablaSinde. Subió a continuación en Google Doc un documento colaborativo, en este caso una hoja de cálculo excel en blanco. Cosa muy habitual entre estudiantes, investigadores, gestores, etc. que trabajan en un proyecto con datos comunes entre personas que se encuentran en distintas ubicaciones o localidades en un mismo proyecto. Cuando la tuvo en Google Doc, David Bravo puso un mensaje en Twitter solicitando que todo aquel que quisiera pusiera en esa hoja de cálculo las direcciones que conociese para bajar películas o series televisivas. Apenas unos minutos más tarde, al documento habían accedido más de 100 personas y figuraban en él más de trescientos enlaces a títulos de películas: rápidamente se duplicaron las replicas de este documento en la red, yo mismo, aún pude localizar a eso de las siete una de estas replicas y verla.
En definitiva, el experimento #TablaSinde demostró que, sin crear una Web pirata de enlaces –objetivo que intenta impedir y persigue la Ley Sinde- para descargarse documentos es posible utilizar otros muchos recursos de Internet para seguir descargandose cine, canciones o series. Las últimas palabras de Davis Bravo fueron además de una conclusión un buen lema para quienes pretenden legislar: «Si se quiere legislar sobre tecnología, primero hay que conocer y estudiar tecnología»
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