Cuando la indignación sale a la calle 16 may 2011 08:00 Placido Guardiola

«Miles de ciudadanos indignados»

Esa sociedad adormecida, la que piensa en el fin de semana, la de la champions ligue, la una de cañitas y gambas, esa digo parece haber desaparecido con la crisis económica y emerge una nueva movida por la indignación y la sensación de que le han tomado el pelo. Se lo han tomado las llamadas izquierdas y derechas, es decir, toda la clase política en su conjunto. Se sienten, nos sentimos, indignados por la clase política en su conjunto por el estéril e inútil sistema y aparato administrativo que rige nuestros destinos.



Ayer, miles de ciudadanos en más de 50 ciudades de España se lanzaron a la calle con pancartas en donde aparecían lemas como: “No es una crisis es una estafa” “Violencia es cobrar 600 euros” o el lema de la plataforma ciudadana que convocaba “Democracia real ya" Seguramente Ud. no ha tenido noticias de esto por TV, pues los medios como parte del sistema tendieron a silenciarlo; pero este movimiento evidencia el agotamiento de un sistema que pide a gritos un cambio radical donde las cosas se hagan de otro modo. Donde se sea menos tibio con los paraísos fiscales, con la banca y las grandes corporaciones, donde los sindicatos no vivan amancebados a base de subvenciones y liberaciones, donde el gasto superfluo no se pierda en instituciones inútiles, donde el político sea un representante de sus electores y no un recadero del aparato del partido. En definitiva y, como reza el lema de la plataforma ciudadana, una democracia real en la que los tres poderes que la sustentan; judicial, legislativo y ejecutivo sean independientes para garantizar de este modo los derechos del ciudadano y un futuro más prometedor para todos.
Ignoro en que cuajará este movimiento en un plazo reciente; pero desde ya goza de todas mis simpatías, seguramente porque yo hace tiempo que me considero ciudadano indignado. Tan indignado, que creo que ni siquiera el próximo domingo se me pasará el disgusto depositando mi papeleta entre las opciones que este paripe seudo-democrático me ofrece en la actualidad, puesto que ninguna de ellas cuestiona el sistema.