Los controladores, esos chantajistas 6 dic 2010 15:00 Legolas

«Un país alarmado»

Ante las cámaras de televisión, una señora de riguroso luto se queja amargamente porque no ha podido acompañar al féretro de su madre que regresaba desde América facturado en la bodega de un avión de carga, pues ni tan doloso trance ha respetado la huelga salvaje de los controladores. Otra, gritaba histérica: ¡Yo, quiero volar!.
Unos padres, más prudentes se habían resignado a viajar a otra parte, mientras sus hijos pequeños lloran la perdida del viaje soñado a Eurodisney en Paris. Un colombiano de paso duerme tirado en la sala de espera de Barajas, pues andaba con el dinero justo para el regreso y no tiene para un hotel y cena decente en mesa. Un padre lamenta que tras una dura semana de trabajo en el extranjero se ha quedado atrapado sin poder ver a su familia.
Más viajeros indignados claman que estos privilegiados, con lo que ganan, no tienen derecho a hacer esto. Algunos, cansados de esperar, se van a dormir a un hotel cercano a barajas donde se encuentran en sus pasillos con los huelguistas que están allí reunidos en asamblea ¡Hijo putas, no tenéis derecho! ¡De que os quejáis, no hay derecho a hacernos esto! Les gritan, mientras ellos tratan de aguantar el chaparrón.
Este Gobierno que nunca gobierna, en un alarde de acción hace lo que nadie se ha atrevido hacer en más de treinta años de democracia, manu militari decreta el estado de alarma. Su vicepresidente en tono solemne dice que esto no les va a salir gratis, que chantajear al Estado, abusando de su situación privilegiada, no puede quedar impune.
A todo esto yo, y el 90% de una ciudadanía, convenientemente puesta en contra de estos privilegiados, no sabemos los motivos por los que estos trabajadores son tan bordes y ventajistas; desconocemos todo de ellos y cuanto ganan en realidad (al margen de lo que ya anunció Blanco en su día). En cambio, nos han martilleado todo un fin de semana con imágenes sensibleras, de pobres trabajadores que ahorrando con todo esfuerzo se han visto privados de su viaje de descanso y turismo en el largo puente de la constitución. Por eso aplaudimos hasta con las orejas la decisión de un Gobierno tan responsable, que da la cara y hace lo que se debe hacer para que nuestro descrédito internacional y nuestra marca turística de España no salga maltrecha empeorando más la situación lamentable de nuestra economía. Nadie nos preguntamos ahora, que ha hecho el gobierno mientras tanto para evitar esto o que responsabilidad tiene en el proceso
Todo me suena a demasiado claro y manido, por eso, espero que mi Gobierno actué con la misma energía contra quienes llenan cerraduras con silicona, hacen piquetes que impiden al transporte público salir de sus cocheras un día de huelga o el personal de tierra que invade una pista de aterrizaje impidiendo su uso… Sobre todo espero una ley que regule el Derecho a huelga.