En la intimidad familiar, asi gustaba de llamarle Don Juan a su hijo. Don Juan, que se pasó media vida esperando ser Rey, allá en la ciudad portuguesa de Estoril. Mirando desde las ventanas de Villa Giralda hacia su querida España, tuvo que enterarse casi el último, aquel 22 de Julio de 1969, del nombramiento de su Juanito como sucesor de la Jefatura del Estado, cuando se cumpliesen las previsiones sucesorias, previstas, valga la redundancia, en la Ley de Sucesión de 1947. Dicho de otro modo, una vez que muriese, el Caudillo de El Ferrol. Con aquella decisión, se rompió la línea sucesoria de los Borbones en España, y Juanito, una vez que el fiambre quedó metido en la fosa de cuelga muros, fue nombrado Rey con el nombre de Juan Carlos I, a secas. Fue esta, una proclamación a la sombra del difunto General, y por tanto, falta del jolgorio popular, que para estas ocasiones se suele organizar con las perras del bolsillo ajeno. Don Juan de Borbón y Battenbrg dejó el mundo terrenal, pensando que entre el Generalísimo y su Juanito, le habían robado la cartera, o mejor dicho, la regencia. Uno por la acción, y el otro por la omisión. En vida, el Rey que no lo fue, solo ostento, como titulo monárquico, el de Conde de Barcelona, no se si por su condición de eterno Infante de España, o por puro conformismo personal. Juanito que en su toma de posesión lucia brazalete negro, prometió defender los Principios Fundamentales del Movimiento, regentes por aquellos entonces. Supongo que en aquellos tiempos, había que nadar y guardar la ropa, y tener a la gente de José Antonio Girón contenta. Luego llegó la transición, Tejero y el 23-F, y mandarle callar al chiflado presidente de la Republica Bolivariana. En el haber de Juanito, que se sepa, poco más; en el debe, los historiadores mandaran. Hoy Juanito no anda bien de salud, tras de la operación de pulmón a que fue sometido en un hospital barcelonés. Viaja casi nada y apenas deja verse en público. Incluso ha perdido las buenas maneras y las formalidades, que todo monarca a de exhibir halla donde esté presente. Para prueba, el mal gesto que tuvo con la madre de sus hijos, subiendo la escalinata de la Catedral de Santiago, el dia del Santo Patrón. Los secretos reales lo son también del Estado supongo, y como tales deben de andar a buen recaudo. Pero a mí, el asunto de la salud de Juanito, me huele a cuerno quemado; algo se está cociendo en la Zarzuela que no trasciende a la opinión pública. La Casa Real tendrá la ocasión de desmentir estos recelos, con motivo de las vacaciones reales en el palacio mallorquín de Marivent; al que cada año por estas fechas acude el monarca con su séquito. Esas fotos de familia, donde el protagonismo lo tienen los más pequeños, esas maratonianas sesiones de navegante a bordo del yate Fortuna, con toda la marabunta de gente guapa, y cartera repleta, tras de él. Gente de la nobleza, y sin ella, que se alimentan del babeo Real. Fotos e imágenes de alta mar, que nos muestran cada año, que para Juanito no pasa el tiempo. Esperemos que a este 2010, que será recordado por muchas, buenas y malas noticias, no le recordemos también, por el año en que tuvo lugar, el primer funeral de un Rey en España, después de más de cien años.
2 comentarios :
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Malo de narizes por no decir otra cosa el ARTICULO
ResponderEliminarA Juanito le quedan dos telediarios como aquel que dice, y su nieta no creo que vea trono.
ResponderEliminarPoco haber en tan largo reinado, en la transición, su mayor logro, lo único destacable fue su dejar hacer. Es decir, actuar por omisión y no empeñarse en ser un nuevo Fernando VII, que viniendo de donde viene bastante logro es.