«Nuestra particular torre de Babel»
La lengua es un vehículo de comunicación, mediante ella expresamos nuestras necesidades, anhelos, sueños y sentimientos. Ella, como la sangre que corre en nuestras venas, nos fue dada por nuestros mayores, la aprendimos en el seno materno.
Es la lengua además el elemento mediante el cual pensamos y construimos nuestra visión del mundo y de las cosas, es una parte medular de nuestra cultura y de nosotros mismos. Seguramente por ello, los elementos constitutivos de un Estado Nación que aprendimos en la escuela eran: un territorio, una moneda y una lengua.
Sin duda alguna las lenguas, todas ellas, constituyen uno de los patrimonios culturales más ricos que debemos conservar; pero hacer de ellas un instrumento político bajo cualquier bandería ideológica es una tropelía absurda.
Ahora cuando los Estados nación quedan debilitados por el surgimiento de organismos supranacionales como la UE, ahora digo, que ya no tenemos una moneda única, ni un territorio sino diecisiete, algunos se empeñan en tener otros tantos dialectos. Por eso vemos a un andaluz de Córdoba, dirigirse a un vicepresidente andaluz de Sevilla, en una lengua ajena a ambos; pero hemos creado un puesto de traductor y comprado un sistema electrónico de traducción múltiple combatiendo así la crisis económica.
Las lenguas
1 jun 2010
09:41
Placido Guardiola
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