El perdón de los pecados 13 abr 2010 21:57 llanerosolitario

Ha tenido que ser Mª Dolores de Cospedal, en su condición de Secretaria General del Partido Popular, la que a traves de un medio de comunicación escrito de tirada nacional, cuyo director se pirra por unos tirantes, pida perdón por los pecados cometidos por algunos dirigentes populares, envueltos en la trama Gürtel. Ha tenido que hacerlo ella, porque a su presidente, Mariano Rajoy – una vez más – le han faltado agallas, y aquellos que le cuelgan por la entrepierna, para hacerlo. Mariano, tubo que pedirle y rogarle, y casi suplicarle de rodillas, al vigilante de los tesoros del Partido Popular, Luís Barcenas, que dejara el carné de militante del PP encima de la mesa de su despacho – el de Barcenas – entes de poner tierra de por medio, entre él y la sede del Partido Popular, en la madrileña calle Génova. Algo parecido a lo que tuvieron que hacer con el mallorquín Jaume Matas, días atrás los bomberos del PP. El tal Barcenas, debe ser conocedor de algunos pecados ajenos, cometidos en otros tiempos, por algunos de los – todavía considerados – varones del PP. Los tiene a buen recaudo según parece, y bajo unas llaves, que muestra muy orgulloso, cada vez que alguno de los últimos en llegar a la varonia pepera, tiene una ocurrencia moral ante un micrófono televisivo. Éste ejercicio de hipocresía propia, realizado por Mari Loli “la bienpagá” a cuenta de pecados ajenos, que supone pedir perdón por algo que tu no has hecho; a mi como que me enternece, me ablanda los sabañones y no me falta rezo oratorio a los pies del catre cada noche, por el alma de los pecadores peperos. Ya va siendo peligrosa la consideración y opinión, que los dirigentes del Partido Popular, tienen de la sociedad española, cuando a cada momento atentan de estas formas, contra la inteligencia del pueblo. La lista de pecados y pecaditos, de peperos de toda condición política, se hace interminable y llena de caprichos de escaparate. Hay gente que se conformó con poco y desde la prudencia fueron obsequiados en función del cargo Institucional que desempeñaban. Pero como también hay gente que toma la avaricia por virtud, fueron necesarias la adquisición de varias maquinas contadoras de billetes, para saciar el deseo de enriquecimiento de aquellos, a costa de la vida pública. Hace unos días, en plena Semana Santa, el patriarca de la Iglesia de Roma, también pedía perdón, para sus subordinados, por los casos de pederastia que se van conociendo por los cuatro puntos cardinales del mundo terrenal. Éste mundo, que el otro padre creó en seis días, y al séptimo descansó. El único que por lo que se va sabiendo, del comportamiento de alguno de sus sucesores, quedó libre de todo pecado. Y es que la carne es débil para las tentaciones que ofrece la vida, pertenezcas a la actividad pública o religiosa. Tentaciones materiales y carnales; por mucha Constitución que se jure ante la Carta Magna, y Celibato que se prometa en presencia de la Sagrada Biblia.