«La política del chalaneo agrario»
Si en algo se fundamentó el éxito de la Unión Europea en el pasado fueron sus acuerdos sobre el acero y carbón (ahí tuvo su origen), y más tarde su política agraria. La España no comunitaria (anterior a 1986), anhelo desde el principio ingresar en su selecto club de países, principalmente, por beneficiarse de su normativa agrícola pues ello beneficiaba un sector, entonces pujante en nuestro país.
Sin embargo, cuando por fin la Unión Europea nos acogió en su regazo, dicha política comenzaba a desmantelarse y daba síntomas de perder coherencia con erráticas medidas, aún así, nuestros agricultores se han visto beneficiados por ingentes cantidades de ayudas y subvenciones que están yendo cada día a menos. Subvencionemos una cosa (arranque de viñedo) y a su vez damos ayudas para lo contrario (mantenimiento o nueva plantación de viña). Empiezan primando cultivos como el olivo, subvencionando la (producción de aceituna), y terminan ayudando simplemente a su mantenimiento (número de hectáreas), de forma que nunca puedes adivinar que propósito anima esta política agraria sin sentido.
Como los males nunca vienen solos, el Ministerio de los dos medios y un cuarto todavía tiene menos claros si cabe sus objetivos agrarios. En Bruselas, ha negociado mal y defendido peor nuestra agricultura, término este último, que hasta ha sido borrado de su denominación. En vez de intentar cambiar algunas normativas disparatadas en el parlamento europeo, por ejemplo impedir chaptalización de mostos con azúcares de caña o remolacha, obligando a hacerlo con mostos naturales, podríamos colocar los casi 10 millones de litros de mosto que sobran en Jumilla por la baja demanda de caldos en los mercados.
Por si esto fuera poco, bastante de las competencias de lo que debía ser un mercado único (al menos en lo nacional), han sido transferidas a las comunidades autónomas creando diecisiete mercadillos de tres al cuarto o «de andar por casa». Han colocando al frente de sus consejerías personas que, de agricultura, saben lo que ven desde la ventanilla de su coche oficial cuando les llevan de un lado para otro. De ahí que nuestro Consejero Ángel García Lidón, afirmara el otro día a un periodista de La Verdad lo siguiente: “No hay diferencia entre agricultura ecológica y agricultura convencional limpia”, pues señor si no la hay: ¿por qué la establecen líneas de subvenciones distintas? ¿No será que ni Uds mismos se creen la política agraria que practican? ¿Ignora Ud que Murcia es tras Andalucía la segunda en producción agrícola ecológica? ¿Ignora que somos el país que más productos ecológicos produce y que menos los consume? ¿Acaso quiere que pensemos que esto de la agricultura ecológica es una denominación administrativa para cubrir el expediente y tramite de la subvención?
Algo hemos ganado en todo este pasteleo subvencionado del campo, no existe confrontación social, los tractores no cortan las carreteras, porque la estratagema (estrategia) que dice el amigo Perico Lencina «Ropasuerta», es otra , seguramente porque la que practica él junto a su otro amigo Perico «El Letras», debe ser la del chalaneo.
Mientras todo esto ocurre los pocos que quedan que viven del campo, no pueden vivir, ni con subvenciones ni sin ellas. La mayoría de ellos cansados de papeleo y de renovación de solicitudes, dicen aquello de: «A mi que me quiten las subvenciones y que las cosas se valgan lo que tienen que valerse».
Desastre Agrícola
1 sept 2009
09:24
Legolas
1 comentario :
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Es cierto, muy cierto lo que nos relatas. El agricultor ya no sabe como salir de este lio de papeles y mas papeles en el que le han metido y al final ve como su cosecha no vale un pimiento. A mi, personalmente, me da mucha pena ver como pagan los melocotones a 0.15 €/kilo, y descogios (como dicen en mi pueblo, ya que los que tienen una pintica ya no los quieren) y luego en el super los pagamamos a 3€/kilo. No entro en quien se lleva la diferencia pero si en que es una verguenza que el agricultor no pueda cubrir ni la mitad de los gastos. Me descubro ante ellos que sigen luchando por sus tierras a pesar de lo mal que les pagan sus productos porque otras empresas (por ejemplo las del ladrillo) en cuanto han perdido 2 meses o 1 año, me da igual, han cerrado las puertas y los agricultores llevan toda la vida perdiendo dinero y ahí están luchando día tras día. Un aplauso muy, muy grande para todos ellos.
ResponderEliminarUno que no es agricultor pero como ya he dicho los admiro muchísimo.
Un saludo