«Cuando los discípulos nos superan»
Supongo que a todos los que nos dedicamos a la enseñanza nos a ocurrido alguna vez que, con el paso de los años, nos encontramos con viejos discípulos que alcanzaron mayores logros que nosotros mismos. En otras ocasiones vemos con especial satisfacción que aquellos críos a los que regañábamos son ahora hombres y mujeres de provecho (que decían nuestros abuelos), son honrados padres, magníficos trabajadores y profesionales. Cuando te ocurre esto, aunque sea por pura vanidad, no puedes evitar el pensar: «algo tendrá que ver lo que yo intente enseñarles». Más tarde, te viene la vena modesta y sensata y te dices: «con tantos maestros que tuvo, a ver si tu eres el modelo que eligió para no imitar». Aún así, piensas que como contra-modelo has servido para algo y una especie de satisfecho orgullo recorre tu interior.
He tenido la suerte de ser maestro de alumnos que alcanzaron el grado de doctor antes que yo, que llegaron al Centro Superior de Investigaciones Científicas antes de que yo impartiese docencia en la universidad y he visto publicada la obra fotográfica de chiquillos a quienes inicie en la escuela con talleres de fotografía a revelar y obtener fotos con un bote de Cola-Cao.
Estos días, buscando páginas de blogs Jumillanos he dado con varios de mis ex alumnos, de esos de los que como aquí comento te sientes un poco orgulloso y padre de la criatura, y estos pensamientos que les cuento me han venido a la mente. He incorporado sus páginas a la Blogosfera Jumillana con un cierto sentimiento de orgullo (aunque sea inmerecido), satisfacción y un rayo de confianza y esperanza en el futuro. Sinceramente, muchos de ellos dan fe de que será mejor que el que les dejamos.
El orgullo de verse superado
10 ago 2009
17:34
Placido Guardiola
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