«Mi amiga Ciza»
Era una tarde de Marzo, de fiesta San José yo me encontraba con mi familia en la finca de un amigo por allá por la Caña, celebrando su santo, cuando sin comerlo ni beberlo y sin saber como , aunque si se por que; fue por la espontaneidad de los niños, ese amor innato a los animales y ese corazón inocente que no les cabe en el pecho me vi obligado a tomar una decisión - adoptar un animal en serio -. Se trataba de una cachorrillo de una camada de seis que había tenido la perra pastora del ganado de aquella finca. Tenia tres semanas era una bola negra, rizada y con una mirada penetrante, cariñosa, simpática e inteligente. Entonces ocurrió lo que me temía mi hija apoyada por algún sobrino me planteo la pregunta que me temía ¿papa no la podemos llevar a casa? y estuve toda la tarde dándole vueltas al asunto, buscando excusas pero mi hija estaba cautivada por aquel pequeño animal, la había mirado con la misma mirada que a mi y que yo me negaba a reconocer.Llego la hora de volver a casa y en un momento tuve que tomar esa gran decisión que llevaba toda la tarde eludiendo, compartir a mi familia y mi casa con un animal hasta que Dios quisiera, de pronto dije ¿y que nombre le vamos a poner? fue la respuesta a esa decisión y me salio casi sin querer !!! Cizaña !!! respondieron mis hijos y mi sobrino (el cizaña apodo familiar por su comportamiento cizañero) al unisono comprendiendo que era la respuesta positiva a aquella pregunta, y Cizaña con nombre propio se montó por primera vez en mi coche para iniciar un largo viaje hasta su destino final.
Comenzó nuestro caminar juntos, hubo que darle durante una temporada biberones cada tres horas hasta que aprendió a comer sola y fue aprendiendo muchas cosas y muy rápidamente, demostró unas habilidades especiales para todo, hacia cosas de escuela sin enseñárselas nadie, aprendió a subir y bajar del maletero del coche (le encantaba viajar y sabia comportarse), aprendió a abrir la puerta del patio cuando necesitaba salir. Entonces empezaba yo a ser cazador, cosa que no he conseguido aunque sigo intentándolo, hacíamos una buena pareja en el monte los compañeros nos llamaban "el dúo ecológico" ella no era de muestra y yo no le daba a un cura en un montón de yeso, pero ella aprendió observando a los otros perros y aprendió a traerme las piezas abatidas por mi o no, pasamos muchas horas juntos andando en el monte y compartiendo mil anécdotas y situaciones. También en casa su comportamiento era ejemplar, solo tenia un pequeño vicio, le encantaba la calle y a la menor ocasión se escapaba a ese vicio acompañaba una gran virtud, una vez se paseaba buscaba mi coche en los lugares que yo solía aparcarlo y se sentaba al lado hasta que yo aparecía.
Son como digo muchos los lances de cacería como del día a día que podría referir, pero resumiré diciendo que ha sido una gran acompañante fiel, inteligente, cariñosa y buena
Ahora ha llegado el momento, casi diecinueve años después, que tengo que tomar otra gran decisión que le afecta a ella - la eutanasia - y vuelvo a darle largas al asunto y se me llenan los ojos de lágrimas y el corazón se me aprieta mucho y decido muy muy a pesar mio y le digo: Ciza compañera has llegado al final de tu viaje por tu bien y el de los que te queremos y no soportamos verte sufrir debes bajarte del coche.
Sirvan estas palabras a aquellos personas que tengan que tomar decisiones semejantes, para mi las dos han sido acertadas mucho menos dolorosa la primera, y les ayuden a ser capaces de adoptar y despedir a sus mascotas y sirva sobretodo como homenaje y epitafio a esa gran compañera que no olvidaremos jamás mi familia ni yo CIZAÑA.
He pasado por eso y el que no lo vive no lo entiende, Cizaña, te acompaño en el sentimiento.
ResponderEliminarLeyendo tu relato me ha venido a la memoria mi pequeño gatito que hace unos años se marcho de mi lado. Fue muy duro ver como se marchitaba su vida entre mis brazos. Tal y como dice el otro compañero, el que no lo ha vivido no entiende estos sentimientos que tenemos para con los animales que el 99.99% de las veces son mejores que muchas personas.
ResponderEliminarUn saludo y animo.
Me sumo a todo lo que ha publicado mi padre en este artículo. Fué fiel compañera,y sobre todo muy noble, y aunque haya gente a la que le parezca raro tener un sentimiento así por un animal, Ciza (como nosotros la llamabamos) siempre quedará en mi recuerdo y en el de mi familia.
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